La chirigota 'La maldición de la lapa negra'.

COAC 2019

Crónica COAC 2019: La bendición de una noche negra

El pasodoble de Manolo, pegadizo como las lapas, correoso como las mojarras, fresco y con sabor, rescata al Carnaval de las profundidades

Por  1:02 h.

Bendito Carnaval, bendito Cádiz y bendito Santander. La bendición de una noche negra. Manolito y Sánchez Reyes pescan arte, gracia y compás bajo la espuma de la caleta. Buena mano, maestro. Pasodoble pegadizo como las lapas, correoso como las mojarras, fresco y con sabor. Una barbaridad surgida de las entrañas de este mar. La chirigota viñera por excelencia, la que se resiste al paso del tiempo y detiene obstinada las agujas del reloj, empapa de recuerdos y alegrías una sesión que demuestra la particularidad esquizofrénica del Carnaval irreverente. Es el año de las chirigotas. Tiquitiquitiquí.

 

Estos piratas del inframundo submarino han emergido para rescatar un Concurso en pleno naufragio. Hay poco horroroso pero mucho mediocre. Aceptablemente cantado, con un mensaje que puede incluso ir hilado, pero sin profundidad ni originalidad. Así queda una sesión donde la comparsa isleña y los jóvenes sevillanos mantenían el tipo, ganándose una oportunidad… en futuras ediciones. A Cádiz la quiere todo el mundo, pero no con el mismo cariño.

 

Comparsa No es país para cuerdos.Interesante propuesta de esta comparsa isleña. Bien metidos en el tipo, prima la literatura y la originalidad en sus pasodobles, por encima de una correcta interpretación. No decaen al apostar por la discreción. Aceptable estreno.

 

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Chirigota Mateo que te veo: Los hermanos García Salgado buscan la risa continuamente con estos vigilantes de supermercados y grandes superficies. Animada y animosa, chirigota simpática que ante la mediocridad reinante y el público foráneo se recibía como agua de mayo. El grupo vende el repertorio de forma un tanto exagerada, si bien eso le sirve para conectar. Tendrán más éxito en otros concursos.

 

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Comparsa El renacido: Recuerdo inicial a ‘Volver a empezar’, esa comparsa de Tino Tovar. Homenaje. Sin duda, que el tipo es una excusa para sacar una agrupación, poco más. Suena mejor que dice, cantan mejor que escriben. Se marchan con dignidad para su Almería.

 

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Comparsa Los veintegenarios Comparsa sevillana de buenas maneras, sin estridencias, con un estilo desenfadado siguiendo la línea de Bienvenido y el Tino de los angelitos. La música y la afinación se sobreponen por encima del resto. Gran estreno de unos chicos que han acogido esta fiesta con humildad y se percibe en su paladar y en su paladeo.

 

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Chirigota Las mafiosas: La presentación es, junto al popurrí (quizás hasta por encima), la parte más importante del repertorio. Es el primer contacto más allá del visual, cuando se levantar cortinas. Y no hacer ni una mijita de gracia, una chirigota, ya muestra la senda por la que va a deambular. Muchos aplausos de aquellos que les animaron a presentarse en el Falla.

 

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Comparsa En pie de guerra: Javi Cuevas regresaba con una comparsa al uso, varios años después de la polémica ‘Los que barren pa casita’. No se hablará tanto de ella. Una de tantas, y con problemas en la interpretación. Primer pasodoble, duro contra los abusos en la Iglesia católica. Más intrascendente el segundo. Después de casi 60 comparsas, ya resulta imposible distinguir y hasta seguir otro popurrí más. Lo mejor, el final: el himno de Andalucía. Pero no es de ellos.

 

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Chirigota La maldición de la lapa negra. Remedo gaditanos de esos personajes marinos de ‘Los piratas del Caribe’. Gran humedad. Simpática presentación, estilo ‘montañés’, made In Santander. Y el pasodoble… ay, el pasodoble. Preciosidad con un toque genuino y chirigotero en el trío, con ese tiqui-tiqui que es lo mejor de este Carnaval. Dos letras muy bien traídas, localistas a más no poder: reivindicación de un Concurso más gaditano en el primero y a las inspecciones de Trabajo el segundo. Cuplé muy simpático antes y un poco forzado después. Gran estribillo. Buenos golpes en el popurrí, sin la carcajada de otras compañeras/competidoras, pero con un sabor único.

 

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