El destino es culpable de que un comparsista ahora revolucione el mundo del tango; provoca que una chirigota clásica se reinvente sin perder su esencia, y que el sentimiento gaditano y carnavalero más puro more en el pequeño pueblo de Tocina. Las cosas, qué cosas. Y que en pleno debate sobre la sobredimensión del Concurso se erija una sesión donde la clase media comienza a ser pudiente y generosa.
El tango del Chapa, su bautismo de mar en la pieza gaditana por antonomasia, emociona por su calidez. Son las mismas manos que manejan la pluma y la espada en el mensaje, según convenga empuñar. No le ha afectado el mal de altura, como tampoco a la comparsa sevillana a la que el éxito no se le ha subido a la cabeza (de serie). Ellos golpean con una solvencia imponente y el que pueda, que le supere. En el menu, entremés carapapista, de buen primer sabor, aunque regusto extraño en el paladar.
Para completar el póquer perfecto, la buena mano en cada modalidad, un aplauso para el cuarteto del Perrichi por su valentía, su carácter irreverente y su lucha por la esencia del Carnaval, que es la provocación. Francamente, lo demás importa un bledo.
1. ‘Gran reserva’. Los grandes coros nacen, crecen, se desarrollan y acaban alcanzado el cielo. ‘El chapa’ irrumpía con fuerza con ‘Tiempos modernos’ y con Procopio han subsanado las deficiencias del novato para formar un proyecto que ya aspira a los premios. ‘Gran reserva’ es un acierto en la puesta de escena pero especialmente ha evolucionado en la interpretación, compactando las voces y afinando un repertorio brillante. Tango clásico, el primero de García Argüez, inmenso en su bautismo, y recogiendo el legado del anterior popurrí para consolidarla como la flecha de este escuadrón.
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2. Las cosas del destino: Un soplo de aire fresco este viento de trece años que traen los Carapapas. Fresco y añejo. La chirigota de los Márquez Mateo sufre la actualización propia de los tiempos y del joven grupo y sin perder la esencia. Le sacan muchísimo juego al tipo, forzando en ocasiones, y pegan el estirón con pasodobles para paladear y cupleses de altura. Lástima el popurrí, con alguna cuarteta ‘inasectable’.
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3. ‘La atalaya de los canallas’: Ay, ay, ay. Los ubriqueños tienen demasiadas pretensiones, no en la idea obviamente, y desde lo alto de su atalaya veían perfectamente como se estrellaba su navío contra las rocas. Su actuación quedaba marcada por la (mal)interpretación de The Bohemian Rhapsody de The Queen. Traicionan los nervios en días como este y frente a escenarios así.
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4 ‘La ciudad no es para mí’: Siglos de experiencia en la chirigota de los mayores. El Pellejo y Falu Valero consiguen que este grupo mantenga el listón y se necesite cada año en el Falla, más allá de su calidad, que no desentona en el Concurso.
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5. ‘Abierto por reformas’: El Perrichi se libera del protagonismo de Aguilera y lidera este cuarteto irreverente, osado, capaz de sacar al mismísimo Franco de la tumba y ponerlo en mitad del Falla, con la que está cayendo. Por recibir, puede de los nostálgicos por la ofensa a su memoria y los antifascistas por considerar que se banaliza una cuestión tan seria y delicada. Pero esto, precisamente, es Carnaval. Lo hace con gusto, siguiendo los cánones del cuarteto clásico, sin movimientos ni gritos extraños y basándose en el poder de la palabra. A pecho descubierto, con mayores o menores aciertos, pero sin miedo. O sin conciencia.
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6. ‘Una chirigota sin clase’: Actuación irregular de estos sevillanos, que se atreven con la secuela de la mítica chirigota del Love y Don Adolfo, con el giro absoluto por el cambio de los tiempos. El pinchazo en los cuplés, donde se la juegan los grupos de este nivel, les puede costar carísimo a nivel de Concurso. Los supera sensiblemente el popurrí.
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7,: ‘El circo de la mariposa’: Al contrario del cuarteto del Perrichi, va a lo seguro. Sin arriesgar. Y con 70 comparsas, no destacar es sinónimo de pasar desapercibido. No merece más que esa crítica pues cumple en las distintas facetas sin resaltar en ningún apartado.
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8. ‘A base de palos’: Magnífica comparsa en cuanto a música, afinación y literatura: la ‘Santísima Trinidad’. Y a partir de ahí que le batallen, que no es fácil si no eres uno de los elegidos por las musas. La confianza les ha empujado a crecer y su puesta en escena además de la idea es más elaborada que la antigua ‘Pueblo Llano’. Fieros pasodobles, ambos, con temáticas típicas pero con tratamiento diferente, que de eso se trate. Notable.
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