Carnaval de Cádiz

La copla de Carnaval que conquistó a médicos y enfermeros de toda España

El pasodoble de David Carapapa se viralizó entre los profesionales sanitarios, homenajeados en su lucha contra la pandemia

“Esta letra es un clamor popular; hay que agradecer la labor de los verdaderos héroes de la pandemia”

Por  10:45 h.

Hay Carnaval en febrero. Aunque el pasado año no hubo Concurso del Falla ni fiesta en la calle, tantos autores como aficionados mantuvieron viva la llama de la tradición. Entre ellos destaca David Márquez Mateo, uno de los hermanos Carapapa, que compuso una comparsa como si hubiera certamen, aunque sólo pudiera interpretar las coplas de manera telemática.

 

Desde finales del pasado 2020 Carapapa va enseñando a los carnavaleros cómo se monta una agrupación, desde la composición del pasodoble en tenor, hasta la entrada de las diferentes voces y la instrumentación. Incluso tiene cuartetas para su comparsa, con nombre y tipo ‘Carretera y manta’.

 

Una genial iniciativa que contó con el respaldo de los aficionados. Márquez Mateo y su agrupación interpretaron una copla sobre las distintas caras de la sociedad en esta pandemia del coronavirus. Un canto final para defender la lucha de los profesionales sanitarios, que compartieron esta letra con orgullo por todas las redes sociales. Este es el pasodoble:

 

 

Además del desconcierto

y la tristeza, esta pandemia

ha dejado al descubierto

nuestras vergüenzas, nuestras miserias

A la vez que nos pegaba un bofetón de realidad

nos mostraba las dos caras que tiene la sociedad

Y mientras que en el Congreso

Unos peaso de siesos

discutían sin parar,

otros con bolsa de basura

puestas en formas de armadura

Se la jugaban en el hospital

Sin derecho ni a descansar

ni a una prueba porque en esa lista,

iban primeros los futbolistas.

Hay quien pensó en hacer un ruido insoportable

y al criado con la olla paseó en descapotable

otros guardaban silencio en esas colas del hambre.

Unos bailando y pensando en salvar la Navidad

otros arriesgando su vida por salvar a los demás.

Un ejército de ángeles sin alas

y que luchan en el campo de batalla,

a pesar del menosprecio,

los recortes y el desprecio

de políticos canallas.

El personal sanitario,

tan valiente, tan precario,

entregado en cuerpo y alma

se merecen un contrato y un sueldo como Dios manda

y entonces después tocamos las palmas.