Carnaval Chiquito de Cádiz 2019

Carnaval chiquito 2020

El porqué del Carnaval Chiquito: el origen de la fiesta de los jartibles

Esta prolongación del Carnaval de Cádiz se celebra los días 7 y 8 de marzo, en plena Cuaresma, lo que provocó en su nacimiento el enfado del sector religioso y cofrade

«El Carnaval chiquito surgió sin organización y así debe continuar»

Cádiz celebrará su Carnaval chiquito los días 7 y 8 de marzo

Por  16:24 h.

El Carnaval Chiquito ya se ha hecho grande. Y mayor. Son 33 años desde que unos ‘pocos locos’ se atrevieron a desafiar este periodo cuaresmal y prolongaron la fiesta grande de la ciudad de Cádiz. En eso consiste, en transgredir, y vaya si lo hicieron. Para algún despistado, el Carnaval Chiquito no es uno especial para los niños; es el Carnaval de los Jartibles. Destinado a aquellos que aún no se han cansado después de un mes de Concurso y una semana larga en la calle con ilegales y romanceros por doquier. También, es la mejor oportunidad para aquellos que no han podido escabullirse en los días anteriores y, por supuesto, el día señalado para escuchar a las chirigotas callejeras con tranquilidad, sin el agobio de la Semana Grande.

 

Como las grandes conquistas de la historia, el Carnaval chiquito llegó a Cádiz clavando una bandera hace ahora 33 años. Llegó sin combate ni campo de batalla pero con una evidente sensación de victoria. Don Carnal había ganado la partida a  Doña Cuaresma. Este cara a cara es lo que pretendía, precisamente, el grupo de activistas callejeros, comandados por Paco Leal, que desafiaron a los tiempos traspasando las fronteras del calendario religioso. «Éramos jóvenes y teníamos ganas de fiesta, pero también es cierto que éramos un poco anti-Iglesia y quisimos hacer una pequeña burla al Corpus Chiquito», confiesa Leal con cierto orgullo.

 

Todo aconteció de forma espontánea y repentina en el mes de marzo de 1987. Por entonces, la chirigota ilegal de Paco Leal triunfaba con ‘Autopista hacia Benalup’, una parodia y una crítica a las comparsas de entonces, ya mucho más serias y mejor cantadas que un tiempo atrás. «Ese año íbamos a por las comparsas porque nos daba vergüenza y fue tal el éxito que cosechamos que nos quedamos con ganas de más, y así fue por lo que convocamos a las agrupaciones a una concentración en la Plaza de San Antonio», recuerda.

 

Sin embargo, todo lo que sucedió después traspasó sus mejores expectativas. Cuatro agrupaciones callejeras y oficiales y numerosos aficionados se dieron cita en la plaza y, comandados por los convocantes, que llevaban una pancarta, en la que se podía leer «Carnaval chiquito, para los más jartibles’» comenzó un desfile que atravesó la calle Ancha hasta la escalerilla de Correos.

 

Allí comenzó a ondear la bandera de las coplas libres y rebeldes. El Carnaval de los jartibles comenzó a tomar vida entre caras de extrañeza y una gran desaprobación del sector cofrade, que entendía esta concentración como un desafío. Sin embargo, asegura Paco Leal, en la Plaza de las Flores se vivió un ambiente espectacular aquel domingo siguiente al de Piñata. Desde entonces, la nueva fiesta que Cádiz ganó al calendario no ha parado de crecer y de multiplicarse, tanto en número de agrupaciones como de aficionados.

 

Carnaval vs Cuaresma

 

No obstante, no fue hasta el año 2014 cuando el Ayuntamiento de Cádiz decidió incluirlo en la programación oficial del Carnaval. Eso sí, manteniendo el carácter informal de sus orígenes y sin programar ningún acto. Es más, hubo algún tipo de intento de apropiarse de la marca desde ciertos barrios y siempre han resultado ser un fracaso. «En La Viña quisieron apropiárselo, haciendo una convocatoria de ilegales, pero no tuvo ningún éxito porque a las ilegales no se les convoca. El Carnaval chiquito no fue cosa mía, ni de Gómez ni de Emilio Rosado. Es de Cádiz y no de ninguna persona ni de ningún barrio», critica uno de sus precursores.

 

Miguel Villanueva, autor de numerosas publicaciones sobre la historia del Carnaval de Cádiz, recuerda lo que supuso esta fiesta en su época. «Antes había un gran respeto a la Cuaresma, por eso no había tanto público como hoy en día, y se creó un enorme debate a raíz del éxito de la primera convocatoria», asegura. No obstante, Villanueva destaca que el verdadero culmen del Carnaval de los jartibles llega en esta última década. «El número de agrupaciones ha crecido de forma desmesurada, hasta el punto de que se ha descentralizado la celebración. Más allá de la escalera de Correos, el público ahora se reparte por las calles del centro, hasta llegar al Oratorio de San Felipe, San Lorenzo e incluso a San Agustín», apunta el historiador gaditano.

 

Mucho ha llovido desde que Paco Leal y su grupo callejero sentase las bases de un evento «que nunca esperamos que se fuese a convertir en lo que es hoy en día, el mejor día para escuchar las coplas del Carnaval de Cádiz». Treinta y tres años después, la fiesta sigue desafiando a un calendario cofrade cada vez más cuestionado, hasta el punto de que el Ayuntamiento de Cádiz baraja instaurar una fecha fija para toda la fiesta.