COAC 2020

Cuartos COAC 2020 La canción de la laguna. Bichos con mucha mordida

La comparsa del Carapapa alterna un pasodoble tierno con otro duro sobre la eutanasia

Por  21:24 h.

Valoración: A SEMIFINALES DEL TIRÓN 

 

El Falla se contagia del buen rollo que transmiten los componentes de la comparsa de Dávid Márquez, Carapapa, en la presentación. Su comparsa parece hacerse especializado en esta parte del repertorio, visto el antecedente del Marqués de Cádiz. Eso sí, se nota, en el timbre de voces, los cambios introducidos en el grupo.

 

Los pitos con las flores dan la bienvenida a la tanda de pasodobles. Muy al tipo, desarrolla la historia del bichito que le espera en casa, “con dos trenzas y dos añitos”. Va desplegando la alegoría con los abuelos, que “como los gusanos se tiran al suelo” y con la propia niña, “una abeja porque sus besitos son besos de miel”. El tiempo no perdona y “saldrás volando convertidas en mariposa”. Precioso piropo muy acompañado por la música, que hace casi una nana del pasodoble con una octavilla en el momento que se quiere que el grillo cante mejor. Y sin extraños remates siniestros, que no se rompa la magia. Está dedicado a su hija María.

 

El segundo, a un caso real, el de un hombre que ayudó a morir a su mujer después de 30 años de enfermedad. “Cuando la vida no es vida ya no te queda ni la dignidad” le sirve para defender un veneno que “se lo di porque creo que es una prueba de amor”. El hombre le dice a la Policía “me importa poco si acabo mis días en una prisión”, pero le deja claro que no es violencia de género. Este segundo está cantado con más fuerza, como si adaptaran, como en el piano, la fuerza al sentimiento.

 

Primer cuplé, a la exhumación de Franco, no le hacen la prueba del ADN por si acaso el “caudillo también hijo de julio Iglesias”. Otro cuplé a los concursos de galletas, de las que se dan con la mano abierta. El protagonista tiene un pitido en el oído y cuando se le quita sigue ecuchando a lo lejos (por favor, que no lo diga) “Estefanía”.  Más gracioso el primero que el segundo, pero ambos cortitos y ligeros como el estribillo.

 

La laguna se convierte en una fiesta en los primeros sones del popurrí antes de dar paso a un repertorio más social. Tanto los soniquete de la comparsa como las subidas ocasionales de Julián y del Piojo Chico transmiten la sensación de que, realmente, están cantando unos bichitos. Se nota en este segundo pase algo más el cambio del grupo respecto al año pasado, que sonaba con unos tonos más graves. Saben, además, cantar metidos en el tipo cuando hace falta, como en la cuarteta de despedida, sin abusar en el resto del repertorio.

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FOTOS:  La Canción de la Laguna en el COAC 2020