El código de la carcajada

La chirigota gaditana El código da Viñi se lleva las mayores ovaciones de la noche

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Pelotazo el que han pegado esta noche los chirigoteros de esta
agrupación, que han conseguido que el público se retuerza de la risa,
se ponga en pie y cante con ellos parte del repertorio, para
despedirlos con gritos de ¡chirigota, chirigota! y el patio de butacas en pie.
Arte, mucho arte es lo que transmite este grupo, además de dar la sensación de que va a ser difícil que se les escape uno de los puestos de privilegio.
Pasodobles de chirigota clásica, al ritmo del tatataratachin, dedicado el primero a las madres, destacando que incluso a Dios “no le importó ser pobre pero quiso tener madre”. El segundo, para los chirigoteros que se plantean dejar de salir en Carnaval cuando van a ser padres y se les plantea el dilema de estar con sus hijos todas las noches o dedicar cuatro meses a los ensayos para que su pequeño se sienta orgulloso.
Los cuplés, como deben ser los cuplés de las chirigotas, con mucha gracia no sólo al final, sino desde el principio, rematados por un estribillo super pegadizo que el Teatro ha repetido con ellos con una intensidad como no se había visto en lo que llevamos de Concurso.
Para poner la guinda a este pastel, un popurrit lleno de golpes de gracia que han interpretado a la perfección, muy metidos en el papel, en una simbiosis perfecta entre la letra y la música, demostrando cómo se defiende un repertorio.
Apuntan muy alto, quizás a lo máximo; desde luego, a nadie debería extrañarle que se plantaran en la final con aspiraciones de que su nombre sea el último que se escuche en la lectura del fallo del jurado.