Casco antiguo y poca gracia

Los del casco antiguo termina su actuación con más pena que gloria

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Una mezcla entre romanos, atenienses, espartanos y miembros del equipo
Kawasaki, eso es lo que parecen los integrantes de esta chirigota que
ha completado una actuación más bien sosa. Abuso excesivo del humor gay y de lo afeminado, estos soldados no han conseguido hacer reír a un Teatro que ahora presenta un aspecto inmejorable, pero que se ha enfriado con ellos, que aunque lo han intentado, no han conseguido conectar en ningún momento.
Lo más destacado, el segundo pasodoble, dedicado a los inmigrantes “que no le temen ni a la muerte y que probando suerte llegan a esta tierra”. El primero, dedicado a una presentación que conlleva un piropo a Cádiz, un tema muy manido y construido además de una manera muy vista ya.
Poca o ninguna gracia los cuplés, dedicados a la altura de los urinarios, con chiste tontorrón al final y a Chávez, “que ha prohibido a los españoles pasar por Venezuela, pero no te preocupes que yo cojo por Pericón de Cádiz”. El estribillo, en la línea afeminada “Soy un bravo guerrero al que se le ve la pluma, pero nunca el plumero”.
Tampoco nada destacable en el popurrit, que ha sido un mero trámite para la caída del telón.
Encima, han ido de más a menos, quizás porque esperaban mejor acogida entre el público. En fin, que otra vez será, pero mucho tendrán que mejorar para hacer algo que valga la pena.