La Noria

El concurso de agrupaciones carnavalescas del Falla se parece cada día más al programa ese de televisión que se llama La Noria donde van unos cuantos y unas cuantas a pegá chillíos, contando, como se

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El  concurso de agrupaciones carnavalescas del Falla se parece cada día más al programa ese de televisión que se llama La Noria donde van unos cuantos y unas cuantas a pegá chillíos, contando, como se hacía antiguamente en las casapuertas, quien es la vecina más puerca de la reunión.
Todos sabemos ya que en Cádiz contamos con una gran especialista en chillíos (no te rías malvado) pero es que el concurso de agrupaciones se ha vuelto también un poco La Noria porque este año los autores se están dedicando a mandarse cancioncitas en las que se meten unos con otros, en una versión piconera de la Verbena de la Paloma.
La televisión ha logrado un gran fenómeno y es lograr un micromundo, es decir que en la televisión sólo se habla de lo que pasa en la televisión y en el concurso empieza a pasar lo mismo porque se dedican letras unos a otros, los chistes de los cuplés van sobre personajes del certamen y ya lo que falta es que El Sopinstans de Cádiz, afamado corista vicetiple técnico especialista en segundas voces de tango, confiese en un cuplé que es hijo secreto del Fideito de Aranjuez, famoso autor de comparsas oriundo de la tierra de los fresones y que saltó a la historia carnavalesca por ser el autor en letra y música de «Los chirríos de Cádiz».  Cada día son menos las coplas que hacen referencia a la ciudad, a las cosas que pasan en ella. Es una lástima que no se le cante a la Aduana, a la maldición conquense que sufre el Cádiz, a lo bonito que está quedando el subterráneo de Canalejas…
Qué ganitas tengo de que llegue ya la verdadera fiesta y empezar a escuchar las callejeras para enterarme de cual fue la causa por la que Obama no vino a la erizada y es que por lo visto tenía miedo de que lo cogieran con una morena en adobo…como a Clinton.