El gaditanismo de la posición de acostado

El hermano mayor de la Columna debería recibir un premio por su contribución a la inspiración de letras de tangos y pasodobles

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Tras unos meses en situación de siesta vuelve el
profundo debate sobre el Cristo transportado en posición de acostado,
una cuestión por el que se han rasgado ya en plena calle multitud de
ternos comprados en ISI de colores oscuritos y que ahora permitirá que
se canten sobre el escenario del Falla encendidas coplas defendiendo la
libertad.

Ah…la libertad, a la que le han
salido ahora tantos defensores que la portan como escudo en una bandera
de Esssspaña. Qué se prepare el hospital Puerta del Mar porque no veas
la de coplas que van a salir ahora de poetas libertadores partiéndose
los pechitos en el escenario condenando al cura de San Antonio a la
hoguera. Decenas de comparsistas y coristas de Cádiz tendrán que ser
atendidos de urgencia por rotura de pechito en defensa de la libertad y
ataque al corazón de Cádiz a la altura del segundo león de Hercules.
Qué no se les vaya a ocurrir a los Mir ponerse ahora en huelga…por
Cádiz.

La verdad es que en pocas ciudades del
mundo se podía generar un debate sobre un Cristo transportado en
posición de acostado. Nunca he entendido las críticas porque la
posición natural del gaditano siempre ha sido la de acostado, y si es
posible, almohadado. En su defecto, si no se puede estar acostado pues,
por lo menos, recostado, que es como estar acostao dos veces.

Y
decir que una furgoneta no es lugar digno. Por favó, ¿donde lleva el
Don Pan las ensaimadas y las cuñas de crema y chocolate?…en furgoneta
y hay algo más cercano al Paraíso, a lo divino, que una ensaimada del
Don Pan a las nueve de la mañana, con ese azúcar glass que se te queda
pegá en los labios a modo de barba divina, que parece uno San Jonás
Desayunado, el santo mejor alimentado.

El
hermano mayor de la Columna, con su anuncio de destitución del capataz
de la Virgen debe, inmediatamente, recibir un homenaje por ser fuente
de inspiración en un año en que la cosita estaba más bien chunga.

La
competición ha sido dura. No se le pueden tampoco quitar méritos al
exdelegado de la Zona Franca, a Miguel Osuna, cuya contribución, esta
vez en la categoría de cuplés, también debe ser muy aplaudida. Hay que
ser muy cachondo para, después de lo las «distracciones» de Rodríguez
de Castro, presentarse al concurso Quiero ser millonario. Teófila
Martínez debería presentarse también a otro concurso…Mira quien valla
y no le gana ni el tostaíto (lenguaje no racista) que corría los 400
metros en las olimpiadas de Alabama.

Los
sueldos de la Diputación y el petrolero del Campo de Gibraltar también
la han cagado en el momento justo, pero hay que reconocer que gana la
polémica del Cristo transportado en posición de acostado.

En
pocas ciudades del mundo se viven circunstancias como las que se dan
aquí. Carnavaleros y capillitas son, en bastantes ocasiones, los
mismos. Cádiz es diferente. Cada día tengo menos dudas. En pocos sitios
le atacan a la Iglesia…los cofrades. Es como si a Yon Wein le atacara
el séptimo de caballería y ya, para colmo, salimos los rojos a defender
a los curas. ¿Pero esto qué es? Qué venga Iker Jiménez porque por algún
lado se nos ha colado el maligno.

Comprendo
que la Iglesia de Cádiz, que también tiene sus defectos y carencias,
debe tener una santa paciencia. Metidos como están con el problema de
los inmigrantes y poniendo en marcha ambiciosos proyectos para ayudar a
los jóvenes con dificultades tienen que ocuparse de cuestiones de tan
grueso calado como si hay que desvíar la procesión del Corpus a la
izquierda o que un Cristo es transportado en furgoneta para una
procesión.

Vayan preparándose porque en los
próximos días escucharán coplas defendiendo la libertad y condenando al
cura Arroyo por el caso del Cristo transportado en posición de
acostado. Mientras tanto otros arroyos se pasean por la ciudad, de
chaqueta y corbata y en posición de hombres respetables. A esos son muy
pocos los que se han atrevido a cantarle coplas.