El cundisito

Por  0:00 h.

El
cundisito se amasó una noche de Verano. Hacía calor. Había más
temperatura fuera del horno que dentro. Las piezas podrían haberse
hecho perfectamente ese día en la azotea. Nadie jamás se explicó
aquello. Juanaco abrió la puerta del horno. Como siempre oteó el
horizonte. No falló. El pan estaba en su punto de cocción. Jamás le
había hecho falta un reloj. Decía que el olor bastaba para saber cuando
estaba hecho. Sacó los cundis y los echó en la cesta para que se
enfriaran. De pronto desde dentro de la cesta empezó a sonar: «Tiene
esta tierra un barquito…más típico no lo hay…». «Chanito, ven pacá.
Me voy a cagá (perdón pero en el mundo de la panadería a las cinco de
la mañana se dicen estas cosas) en ló (bueno Juanaco siempre se quedaba
ahí. Nunca se sabía donde iba a parar el mojón). Quién ha metio el Mp3
en un cundisito de a cuarto. Tú quieres que salgamos en La Voz del
Carnaval. Que se cachondeen de nosotros. Qué nos conozcan como el horno
musical y que de las baguetes salga música de El Fary».

Juanaco
cogió el cundisito musical dispuesto a arrancarle el Mp3 de sus
entrañas. Pero su sorpresa fue mayúscula…. «Eh, eh, eh, ¿qué hace
coóne. Ta creío que soy el muñeco Nenuco y me va a quitá las pilas». El
panadero se quedó petrificado. Pensó en que no debía de haberse tomado
el copazo de anís esa noche. Hacía demasiado calor y se le debería
haber quemado alguna neurona. No sabía si jincarse de rodillas porque
aquello era divino o salir corriendo porque en el pan se había metido
el maligno.

«Panadero. No te preocupes. En tu
horno se ha gestado el milagro. Soy el cundisito de Cádiz, el principe
del cuplé, el del miajón más carnavalesco». «Hay Virgencita de la
Palma, jamás me volveré a cachondear de la cuadrilla de Ramón
Velázquez, te lo prometo. Aparta de mi este cundisito». «Oé, panaero
eres más cagueta que Víctor Espárrago. Quillo no digas más pamplinas y
escúchame que tengo muchas cosas que hacer antes que me salga verdín».

«Juanaco
mi ilusión es cantar en una comparsa. Quiero ser el primer cundisito
que salga en el Falla. Por favor dótame de pies y dótame de manos».
«Mira cundisito más vale que me dotes a mí de dodotis porque creo
que…». «Quillo, como me cabree te canto la antología de comparsas de
Barbate. Qué me sé todos los pasodobles de Filo Andaluz.». «No
cundisito, por favor. Espérate un momento». Juanaco se fue al despacho
y se trajo un paquete de picos integrales. Le clavó dos en la parte de
abajo del cundi y otros dos en los laterales. «Eah, ya tienes lo que
deseabas. Ya puedes andar y ya puedes tocar». «Muy bien Juanaco…pero
me falta algo. Dótame de pito». «Vaya, vaya con el cundisito. Tan
chiquitito y ya pensando en…». «Juanaco no seas salido. Dótame de
pito carnavalesco». El panadero, aún temblando por su momento mágico,
por su encuentro en la tercera fase miajonosa, cogió el palo de la
escoba y cortó un pedazo del palo de caña. Le colocó un papel de fumar
y se lo dio al Cundisito, que se lo metió en la comisura de la corteza
y entonó: «Ji, parapa, parapa, pa, pa, pa». «Dime si no te parezco el
Gálvez». «Juanaco no tengo mucho tiempo. La vida de un cundisito es
breve y con la humedad que hace en Cádiz el verdín me acecha. Debería
haber nacido Pam Bimbo, pero eso no sería muy carnavalesco, verdad.
Dime donde está la escuela del Carnaval que me quiero apuntá».

Juanaco
le apuntó la dirección en un pequeño papel y se lo dio al cundisito.
«Antes de irme amigo panadero y en señal de agradecimiento te cantaré
un pasodoble»: «Un cuatro de diciembre muere un malagueño…» entonó el
cundisito mientras se alejaba calle abajo.

El
panaero, emocionado, casi llorando, lo despidió al grito de «comparsa,
comparsa» y el cundisito, con pies de pico integral se perdió calle
abajo en busca de la Escuela del Carnaval.

Tras
sus tres años de estudio. Su master en pasodobles de La Caleta, su
matrícula de honor en clases de nudillo y sus estudios particulares en
dirección de comparsa en casa de Juanelo, el cundisito, en tan sólo dos
años presentó su primera agrupación al concurso: Miajoncito gaditano,
primer premio en la modalidad de agrupaciones no humanas en el Carnaval
de 2008. El segundo premio lo ganó «Tirabeques» un grupo compuesto
integramente por judías verdes de la localidad hortofrutícola de Conil.

Ah, y que no se me vaya a olvidar. Muchas
gracias a Encarni Hinojosa por los dibujitos tan carnavalescos que le
ha puesto a los repellos y a Paco Márquez, un abrazo, por estar siempre
pendiente de la mezcla.