HOY SALE DEL ARMARIO... JUAN ANTONIO OSORIO

«Para mí, este grupo ya es uno de los grandes»

Por  8:37 h.
«Para mí, este grupo ya es uno de los grandes»

 

 

Sueña con ser el elegido, pero mientras tanto, sigue disfrutando con su grupo, que año a año se asienta entre los más esperados.

–¿Cuál es el tipo del que guarda mejor recuerdo?

Pues le tengo cariño a todos pero creo que sin duda alguna el tipo de ‘Las ajogaíllas’, porque era una idea muy complicada que la verdad es que se llevó a escena de una forma sorprendente, al menos así lo pienso. Además, mi madre, que es nuestra costurera, lo bordó. Y creo que cuando acabe este Carnaval, puede que el de ‘Las elegidas’ iguale las sensaciones que tuve y que guardo de ese tipo. Es que las manos de mi madre… Son demasiado.

–¿Teme que este año en la carpa le meta cuello algún comparsista?

¡Hombre! Si es feo y de comparsa de preliminares para abajo no lo quiero. Si me mete cuello el Soleta, el Pellejo o el Arturito, por ejemplo… Ya se vería… ¡Oischhh! qué monos y qué bien cantan. Aunque los maduritos como el Subiela, el Carli o el McGregor tienen su encanto (risas).

–¿Qué le falta a su grupo para asentarse entre los grandes?

Nada. Para mí es uno de los grandes, para eso salgo ahí. Si a lo que te refieres es a nivel de reconocimiento, pues solo que un año suene la flauta y a la gente, o al Jurado, mi chirigota le guste más que el resto, además de que se nos exija lo mismo que se les pide a algunas agrupaciones, porque hay autores y grupos a los que se les exige muy poquito y a otros, que quizás no es el caso de mi grupo ¿eh?, a los que se les exige el doble o el triple cada año.

–¿Con qué agrupación que no sea la suya le hubiera gustado salir?

‘La niña de mis ojos’. Para mí, una de las grandes comparsas de los últimos años, cualquiera de Jesús Bienvenido o cualquier cuarteto bueno de los de Cadi-Cadi. En chirigotas, cualquiera del Lobe.

–¿Algún tipo que nunca debió sacar del ropero?

El de ‘Un bote pas tó’. Le guardo un especial recuerdo a esa chirigota. Tenía la sensación, la espinita, desde el primer día de ensayo de que ese tipo no pegaría.