AQUEL MARAVILLOSO AÑO... 1978

«Me arrepiento de no haber salido este año en el coro de la Viña»

El corista Antonio Rubio Martínez reconoce que el gran mérito de 'Los liberales de 1800' es que se hizo de manera «improvisada»

Por  3:26 h.
«Me arrepiento de no haber salido este año en el coro de la Viña»

 

Tiene un currículum carnavalesco envidiable ya que ha salido con autores tan diversos como Antonio Clavaín en ‘Los tulipanes negros’, Antonio del Valle en ‘Los carceleros gaditanos’ y ‘Amigos del tango’ o ‘Voces de Cai’ con el inolvidable Joaquín Fernández Garaboa, ‘El Quini’, para el universo carnavalesco. Pero su recuerdo más imborrable, ese que siempre perdurará en su mente, es el que conserva del año 1978 cuando formó parte del coro lasaliano viñero ‘Los liberales de 1800’ .

-¿Cómo se integró en el coro de la peña lasaliana?

-Llegué al coro porque siempre me relacionaba con la gente de la peña de la Salle-Viña. Rápidamente me integré e hice amistad con gente extraordinaria como Manolo el sastre, Felipe Martín o Juan Antonio Guerrero. Ahí he dejado muy buenos amigos. De hecho me ofrecieron salir este año en el coro y me arrepiento de no haberlo hecho.

-¿Y los ensayos de aquellos liberales?

-Yo venía de lo que entonces era el coro clásico gaditano en el que tan solo salían 18 personas. Sin embargo, en aquel año 78 nos juntamos mucha más gente y al final llegamos a los 32, sin contar, por supuesto, a los miembros de la orquesta. Los ensayos se desarrollaron en el Colegio donde está la peña de la Salle-Viña, debajo de la colección de fotos.

-¿Pensaban que podían llegar lejos?

-La primera vez que escuché la letra y la música la verdad es que no confiaba mucho. Sin embargo después me sonaba bien. El grupo era muy bueno, de hecho teníamos un gran bajo, Pedro, que hoy sale en el coro de Faly Pastrana.

-¿Revolucionaron la modalidad?

-En cierta medida sí, aunque eso es muy difícil de calibrar. Lo que es indudable es que aquel coro fue el germen del gran coro de la Viña. Además coincidió con el nacimiento de la peña de la Salle Viña.

-¿Qué le pasa actualmente a ese coro?

-Desde hace varios años no está en buen momento, creo que no está bien dirigido y por eso se ha ido perdiendo. El año pasado me dio mucha pena verlos cuando salieron de chinos.

-¿Cuál fue la reacción del Falla con aquellos liberales?

-Impresionante. Cuando cantamos el tango el Teatro se vino literalmente abajo porque era lo mejor del repertorio. Todo salió de categoría. Enrique Láinez hizo un gran trabajo en la autoría y Pepe Carrera ‘El cristalero’ lo bordó como director. Todo lo vivido superó nuestras expectativas. Íbamos para echar el rato, pero, tras comprobar la reacción del patio de butacas, empezamos a tomar conciencia de que haríamos algo importante.

-¿Y después en la calle?

-Pues más de lo mismo. Repetimos las mismas sensaciones que experimentamos en las tablas. El éxito cosechado fue tal que a Enrique Láinez le sirvió para escribir una comparsa al año siguiente con la peña ‘Nuestra Andalucía’.

-¿Goza de buena salud la modalidad hoy en día?

-En general hay buenos coros y la evolución hay que aceptarla a regañadientes. Pero a mi me gusta el coro clásico, por lo que me quedo con el de Faly Pastrana y el coro a pie.