AQUEL MARAVILLOSO AÑO... 1999

«Lo pasamos tan bien en los ensayos que llegamos a Navidad casi sin repertorio»

José Antonio Vera Luque se queda con un año en el que escribió una chirigota juvenil y un cuarteto de primer premio

Por  3:16 h.
«Lo pasamos tan bien en los ensayos que llegamos a Navidad casi sin repertorio»

José Antonio Vera Luque lleva unas etiquetas, como todo el mundo en el Carnaval. Una de las suyas le marca como la eterna joven promesa. Pero ni una cosa, ni la otra. Un autor que ha ganado un primer premio de chirigotas y ha disfrutado finales ya tiene poco que prometer porque lo ha cumplido. La faceta juvenil, aunque pueda fastidiarle, también se diluye. Son muchos años de concursos, calle, coplas y ensayos. Tantos, que su mejor recuerdo de la fiesta se remonta más de diez años atrás. Fue cuando agonizaba el siglo y se atrevió con dos agrupaciones porque había fuerzas e ilusión para eso y para más. En juveniles y en adultos, en ambos casos, a la final. Un cuarto y un primero. Pero, sobre todo, la satifacción cuartetera de un autor que luego ha sido conocido por su faceta de inventor de chirigotas.

-De todo lo que ha vivido en el Concurso de Carnaval ¿Con qué año se queda?

-El que recuerdo con más cariño fue del año 99. Aquel Carnaval preparé dos agrupaciones: la chirigota juvenil ‘Los gaitas’ y el cuarteto ‘Peña C.R.C Los Pejigueras’. De las dos tengo un grato recuerdo.

-¿Cómo le fue con los dos jurados en dos categorías distintas?

-Con la chirigota llegamos a la final y ganamos el cuarto premio. Con el cuarteto, conseguimos el primer premio por segundo año consecutivo.

-Eso es un logro en una modalidad muy difícil en la que, salvo Morera en los últimos años, apenas repite un mismo autor, un mismo grupo, en lo más alto.

-Es verdad que es muy difícil, pero el cuarteto fue muy bien recibido por el público, y lo mejor es que lo pasamos genial en los ensayos. Teníamos una mesa de playa para simular la mesa de la peña que luego llevamos al teatro. Ensayábamos un cuarto de hora y, el resto del tiempo, Paco Chouza, Selu Piulestán, El Bati y yo nos poníamos a jugar a la escoba y al dominó, hasta el punto que llegamos a las navidades atrasadísimos, casi sin repertorio.

-¿Todo fue rodado después?

-Qué va. En el concurso lo pasamos regular por una penalización fuerte por pasarnos de tiempo. Como aquel año fue el primero en el que se instauró el notario, nos vimos agobiadillos por el pase a la final, por la posibilidad de que la penalización nos impidiera llegar al mínimo de puntos. Así que celebramos el pase por todo lo alto.

-¿Cómo recuerda ese 1999 en la calle, después del Falla?

-Aquel año fue también, hasta la fecha, mi último Carnaval de paisano. A partir del 2000 empecé a salir en la chirigota y hasta hoy. Además descubrí la carpa en todo su esplendor. O la lá.Ya que años anteriores por trabajo o estudios no la pisaba mucho. Me hice asiduo, y se creó el tándem Porquicho-Vera, que a lo largo de estos 14 años ha dado noches de esplendor al recinto ‘carpil’. O eso dicen. (Risas).

-¿Qué imagen tiene de aquel año?

-Muchas, porque fue un Carnaval que me lo pasé de categoría, a mis 23 añitos de entonces. Por poner una, recuerdo que despedí el Carnaval desayunando con la gente del cuarteto, Juan Carlos Aragón vestido de ‘yesterday’, y en otra mesa el inefable Paco Morales con el tipo de ‘La prevención’. Enorme la estampa.