AQUEL MARAVILLOSO AÑO... 1982

«Fuimos los primeros en convertir la escalera de Correos en escenario»

Paco Rosado Autor, autor de chirigotas míticas como 'Los cruzados mágicos', recuerda cómo vivió la calle el enorme éxito de este grupo

Por  3:21 h.
«Fuimos los primeros en convertir la escalera de Correos en escenario»

 

Paco Rosado ha escrito una de las páginas más importantes del Carnaval de Cádiz junto a un selecto grupo de amigos que, con su arte, dejaron chirigotas que han pasado a la posteridad. El veterano autor recuerda con especial cariño el año 1982, en el que abrió su etapa mágica con ‘Los cruzados mágicos’ y que posteriormente dejaría piezas de colección como ‘Los llaveros solitarios’ o ‘Los cubatas’.

-¿Por qué te quedas con este año 1982 dentro de toda tu trayectoria?

-Porque después de mucho tiempo dándole vueltas en la cabeza, un grupo de amigos nos atrevimos y decidimos sacar ‘Los cruzados mágicos’. Y la verdad es que salió muy bien, mucho mejor de lo que cualquiera de nosotros pudiera haber imaginado.

-¿Cómo vivisteis el éxito de una chirigota que hoy podemos decir que hizo historia?

-Pues yo recuerdo, sobre todo, el éxito en la calle. Nosotros éramos una chirigota familiar, así que nos fuimos con nuestros hijos y nuestras mujeres a la calle. Desde la humildad, puedo decir que, sin darnos cuenta en el momento, dominamos la calle. Hasta entonces sólo salían los coros y nosotros fuimos la primera chirigota que cantaba en la calle. Y recuerdo perfectamente cómo la gente nos agradecía que saliésemos a la calle a cantar. De hecho, iban tantos aficionados detrás nuestra que nos subíamos a cantar donde podíamos, y por eso fuimos nosotros los primeros en convertir la escalera de Correos en un escenario. Así nos podían ver desde lejos.

-¿Le da más mérito a esa chirigota ahora, cuando han pasado 30 años?

-Pues sí, sobre todo, viendo que en el Concurso de esta edición, solo me han hecho reír dos cuplés. Por eso, me acuerdo de algunas letras que llevaban ‘Los cruzados’ y ahora reconozco el mérito que tuvimos. Hoy en día, las chirigotas intentan hacer reír con efectos especiales, metiendo cosas en el escenario o con cameos de todo tipo. Otros incluso recurren a cantar en otro idioma. Creo que todo esto no tiene nada que ver con las coplas.

-¿Había entonces tanta rivalidad como ahora?

-La pasión sigue siendo infinita, pero ahora se le ha añadido un grado de competitividad que antes no existía. Ahora lo que se mira es que la gente lleve algo nuevo, algo que sorprenda y no se miran las coplas. La gente no escucha las coplas para aprenderlas y cantarlas después en la calle, que es en lo que consiste el Carnaval que a mí me gusta.

– Y hablando de aquel mágico año 1982, ¿qué copla le viene ahora a la cabeza?

-Pues me viene a la cabeza ahora misma una de Joaquín Quiñones, de la comparsa ‘Los Dioses del Olimpo’, que le dedicaba a Carmen, una mujer que deja una casa de vecinos para irse a vivir a una casa en Puertatierra y recuerda lo que echa en falta. Era una letra entrañable y en su época se cantó mucho. Igual que se me quedaron las coplas de la comparsa ‘Voces negras’, de Antonio Martín. Y es que a mí me gustan las buenas coplas, me da igual de la modalidad que sean.