AQUEL MARAVILLOSO AÑO... 1977

«En camerinos y entre el público había policías de paisano vigilándonos»

Emilio Álvarez 'Emilín', autor, exintérprete y Antifaz de Oro recuerda la tensión y la expectación que vivió con 'Nuestra Andalucía'

Por  2:39 h.
«En camerinos y entre el público había policías de paisano vigilándonos»

 

Es historia viva del Carnaval. Su nombre está asociado, como integrante y autor de la música en agrupaciones legendarias, de Cádiz y San Fernando, durante cinco décadas distintas. Pero es de los que lleva esa condición de forma invisible. Ni presume ni le concede importancia. Simplemente, pasó, lo vivió y se alegra. Tan poco mérito se arroga que aún tiene dudas y nervios. Va a debutar, el próximo viernes 3 en el Falla, como letrista, con la comparsa ‘Capricho de Cai’. Es la primera vez que firma un libreto entero pero hace más de 40 años que vive el Concurso en la fila de los privilegiados. Aún así, todavía pregunta por frases que ha metido y temas de pasodobles que ha elegido con la coletilla: ¿crees que gustará?

Enternecedora actitud en alguien que obtuvo el antifaz de oro ya en 1992, que ha participado y dejado su sello, como guitarra, como coautor o caja, en ‘Los aventureros’, ‘Los tarantos’, ‘Capricho andaluz’, ‘Payos y gitanos’ o ‘Pregones’, antes de colaborar con chirigotas del Maspapas y Rivero, de Carapalo y Sánchez Reyes. Alguien que salió con el primer Martín y aún se asombra de su capacidad de creación, resistencia y adaptación.

-¿Con qué vivencia se queda de todas las que ha tenido en el Concurso desde los años 60?

-Han sido muchas pero, aunque no ganara, quizás con ‘Nuestra Andalucía’ de Pedro Romero en 1977. Fue un acontecimiento, más que una agrupación. Coincidió que la comparsa reivindicaba la autonomía en un momento muy concreto, en plena transición. Se convirtió en un símbolo político. Actuamos en mítines por toda España, en la Casa de Campo de Madrid, en Sevilla, con Tierno Galván, varias veces en Barcelona, en Canarias… En sitios con miles de personas, llenos de banderas. Fue algo irrepetible.

-¿Les dio algún problema la carga política de la comparsa en un momento tan delicado?

-Participábamos en mítines y manifestaciones. Una vez vi una trifulca al terminar una, en Cádiz, al acabar en San Juan de Dios, pero nunca pasó nada grave. El primer día que fuimos a actuar en el Falla, corrió el rumor, falso, de que íbamos a sacar una pancarta o una bandera al terminar de cantar. Vimos algo raro al llegar al teatro. Veíamos gente extraña por allí que nos miraba, gente que no era del Carnaval. Había algo de tensión. Con el tiempo, nos dijeron que eran policías de paisano en camerinos y entre el público por si hacíamos algo con esa bandera o pancarta. Pero era mentira, ni sacamos nada, ni pasó nada.

-¿Puede repetirse un fenómeno así en el Carnaval o el Concurso?

-Sería muy difícil. Coincidió esa comparsa, con esa reivindicación y ese popurrí, en un momento histórico determinado. Es casi imposible que vuelva a pasar, que salga algo así en un momento tan especial. Ahora existe el movimiento de los indignados, con el que estoy de acuerdo en mucho, pero es distinto. Ahora hay muchas vías por las que expresarse, todo cambia.

-¿Y quién ganó aquel año?

-El primer premio fue ‘Los mandingos’ que era un comparsón. A su manera, con su tipo de esclavos negros que pedían libertad e igualdad, también era muy reivindicativa, muy política. Eran los tiempos, en 1977, justo en mitad de la transición, era lo que correspondía.