AQUEL MARAVILLOSO AÑO...1992

«Aún recuerdo la calle Ancha entera llena de gente siguiendo al coro»

El corista Alberto Granado Barea protagonizó el «bombazo» de 'Tutilimundi' que coincidió con el mágico año 1992 y eventos como la Expo y la Gran Regata

Por  2:45 h.
«Aún recuerdo la calle Ancha entera llena de gente siguiendo al coro»

 

Alberto Granado es uno de los culpables de que al coro de Nandi Migueles se le conozca como el de los niños. Aquel joven, con solo 15 años, se lanzó a la aventura del Carnaval, a la que llegó de la mano del coro para conocer el triunfo y también el cansancio. Ahora, echando la vista atrás, recuerda el año 1992 como uno de los más importantes en su trayectoria. No en vano, formó parte de uno de los coros que más ha marcado a una generación entera de aficionados a la fiesta, ‘Tutilimundi’.

-¿Qué tuvo de especial aquel coro?

-Fue la primera vez que conseguí un primer premio y cuadró con el año 1992, con todo lo que trajo consigo. Fue el año en que se celebró en Cádiz la Gran Regata, también coincidió con la Expo de Sevilla, todo era como muy especial. Además, fue un año con una calidad tremenda en el Concurso. Nuestro éxito coincidió con el de ‘Los borrachos’ del Selu.

-¿Y se esperaban un triunfo semejante?

-Es que lo de ‘Titirimundi’ fue un bombazo. Allá donde íbamos teníamos una respuesta bestial del público. Todo el mundo iba siguiéndonos por ahí. Tengo grabada una imagen de la calle Ancha llena de gente que iba detrás de nosotros.

-¿Cómo recuerda el momento en que se enteró que habían ganado?

-Pues cuando salimos del teatro nos fuimos al local. Yo estaba tan nervioso que no podía soportar la tensión y me fui con dos compañeras a dar una vuelta. Cuando dijeron los premios estábamos todavía fuera y fue el Lamas quien nos lo dijo porque nos lo encontramos por la calle. Al final llegamos tarde, cuando la celebración ya había empezado.

-¿Cuánto tiempo formó parte del coro de Nandi Migueles?

-Empecé en el año 1986 con Nandi en ‘Teatro Circo Gaditano’ Fue cuando entramos los jovencitos. De hecho, a partir de ahí fue cuando empezaron a llamarnos el coro de los niños. Solo tenía 15 años cuando empecé. Y lo dejé, hace unos pocos, en el año 2002.

-Lo recuerdo cantando como bajo, ¿siempre estuvo en la misma cuerda?

-No. Es ahí donde he estado la mayoría de los años, pero el primer año salí de guitarra y, luego, estuve cuatro o cinco años de segunda.

-¿Por qué decidió abandonar el Carnaval?

-Porque ya llegó un momento en que era demasiado sacrificado y yo creo que cada cosa tiene su momento. Te vas haciendo mayor y los ensayos se hacen cada vez más pesados, aprenderse las letras cuesta cada vez más y, además, la familia te requiere.

-¿Y lo echa de menos?

-Lo sigo escuchando todo, pero mucho más tranquilo. Yo lo pasaba bien en la calle, pero me estresaba mucho el Concurso. Nunca me ha gustado competir.

-¿Cómo ve la salud del coro?

-Tengo la impresión de que siguen estando los mismos que cuando yo estaba. Ahora ya no sale ninguno malo, todos los grupos están muy afinados, pero hay cuatro o cinco que están todos los años un escalón por encima del resto.