¿Y ésta es la gracia de Cádiz?

Y la gracia del Carnaval, la de ‘Cadi’, el ‘age’ y la guasa, sí viene grabada en el ADN del gaditano

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Hace 15 años, las apariciones de los grupos foráneos por el Falla más allá de las preliminares, en los momentos de la verdad, resultaban anecdóticas. Esperadas y contadas. Cádiz imponía su hegemonía con las gotitas de arte repartidas por la Bahía y tierras cercanas: el coro de Puerto Real, las comparsas de El Puerto y Barbate, chirigotas de San Fernando y poco más reseñable.

En un suspiro, la antes ‘vilipendiada’ Sevilla (rivalidad mediocre y cateta por quien la mantenga) y sus pueblos se han acercado tanto al mar que han colonizado el Concurso, lo han invadido como a Chipiona en verano. No hay sesión que no venga repleta de ‘miarmas’ de Alcalá de Guadaira, Camas, Mairena o la capital, que cada vez suenan más agradables, que cada vez son más graciosas. Que incluso (sí, hay que reconocerlo) son mejores que las de Cádiz, por más que duela. Sobre todo en chirigotas, ¡en chirigotas!, la reina de la Tacita. 

Ninguna región se puede apropiar del humor; hacer reír no es propiedad exclusiva de nadie, y lo mismo se puede escuchar una carcajada en el barrio de la Viña que en un rincón recóndito de Finlandia. La diferencia se encuentra en las formas. Y la gracia del Carnaval, la de ‘Cadi’, el ‘age’ y la guasa, sí viene grabada en el ADN del gaditano. Se mama desde pequeño, se siente ya en el bombo antes de coger la caja y se mece en la cuna, como el fandango en Huelva, las sevillanas en su patria o la sardana en el Ampurdán.

Pero el carnavalero de aquí (por sacarse unos eurillos o por falta de talento en alguna ocasión), en lugar de apostar por su idiosincrasia, defender su arte propio, alimentar su raíz, se ha ido alejando de ello tanto que ha llevado la batalla a un terreno distinto y mucho más amplio. Que tendrán más contratos… seguro. Pero dejan un escenario abierto y plural en el que otros también pueden competir. Y ellos, con chirigotas prefabricadas, encajados los chistes en hojas de excel, mucho más ‘currantes’ y con más respeto por este Carnaval que les ha abierto las puertas, ya sí que te pueden ganar. Has perdido antes de salir. La gracia de Cádiz, la del golpe espontáneo, el doble sentido y la rápida respuesta… con eso, con eso no puede nadie pero ¿dónde está escondida?