opinión | carnaval

Tiene que llover

Por  11:16 h.

Durante el Concurso es tan tradición como la que más una buena mojá. Tiene que llover. Camino del Falla, a la salida. También lloverá en la calle. Tiene que llover. Es lo suyo. Es febrero por más que se meta en marzo y es lo natural. Cualquiera que tenga memoria de la fiesta tiene recuerdos empapados, llenos de gotitas que cambian de colores, en plan purpurina, al pasar por delante de una farola, esa a la que se mira para ver si escampa. Sin papelillos empapados y sin zapatos pipando ni es Carnaval ni es nada. Sin chaparrones o amenazas. Es lo propio. Es lo pertinente. Tiene que llover. Para confirmarlo, el autor de esa legendaria canción, con sublime y encriptado mensaje político, ha pasado por Cádiz este fin de semana. Por si fuera poco, con el Falla en marcha, aparece el creador del lema. Tiene que llover. También dentro del mitificado teatro. Tiene que jarrear para aclarar un poco las cosas. Tendrían que chorrear los camerinos para sacudirles un poco las vanidades acumuladas durante años por los que se han confundido tanto. Por los que han creído que el juego para divertir a los demás y divertirse es realmente una ocasión para la notoriedad del que nunca la tuvo cerca. Tiene que llover para que caiga tanta pintura y tanta pamplina que ha recargado algo más sencillo, nunca simple, que se ha llenado de polvo. Tiene que llover, fuera y dentro, en los despachos y en los ensayos, para que se estropeen los televisores que contaminan las letras, para que todos recordemos que lo que contaba era el público, la gente. Las agrupaciones hablando de sí mismas, de otras. Los medios de comunicación a vueltas consigo mismos, con los que pueden entrar y los que no. Los dirigentes, esos siempre piensan en sí mismos, es inherente, esencial. Tiene que llover, a cántaros, para limpiar bien las losas que nacieron en los lavaderos. Con todo lo que ha llovido, con todo el cambio, hay que mantenerlas en el recuerdo para entender que esto siempre fue tan natural como un chaparrón de febrero, sin tanto artificio, tanta polémica, tanta premeditación y alevosía. Lloverán coplas y cuplés, como tiene que ser. Pero a ver si antes llueve. De veras. Hoy dan temporal. Grande. Que dure, fije, limpie y dé esplendor. Tiene que llover.