Que las nuevas tecnologías han terminado por invadirnos es algo que hasta yo mismo reconozco. Es más, pese a que siempre me ha gustado tratar a los desconocidos de usted, al final no me va a quedar más remedio que tuitear a gente a la que no he visto en mi vida. Con lo respetuoso que he sido yo toda mi vida con los que considero extraños.
Hasta hace poco tiempo, en Cádiz se formaban verdaderos altercados públicos para conseguir una entrada para la Final del Concurso. Incluso el lugar en el que se podían adquirir se mantenía en riguroso secreto hasta minutos antes. Aún recuerdo una bronca monumental en los antiguos jardines de Varela un año en el que se pusieron allí a la venta las localidades para la Final. Los reventas se pasaban horas muertas conectados a los soportes existentes para enterarse por donde iban los tiros. Y después, no había tiros casi de milagro. Llegó el sorteo y se acabó la historia. O eso dicen.
Lo que ha quedado demostrado es que en las fases previas, internet se ha consolidado como el mejor método para poder acudir al Falla. Dicen que el sistema informático se colapsa, pero ese es el síntoma inequívoco de que hay mucha gente conectada. Este año, el Ayuntamiento de Cádiz decidió poner más entradas a la venta en el teatro para satisfacer a los gaditanos que tienen dificultades para acceder a las nuevas tecnologías. Sin embargo, sobraron muchas que luego se han vendido en internet. Está claro que sin red no hay paraíso, ni butaca, ni palco platea….