OPINIÓN

Noches de radio

Por  2:39 h.

 

Decían ‘Los Santos’ que su corazón de gramola sonaba a carnavales. Los carnavales de mi corazón suenan en un transistor. Los recuerdos de mi infancia con el Carnaval están relacionados con la radio. Eran sesiones de tarde y de noche con los auriculares puestos esperando las coplas que me acompañarían hasta el siguiente febrero. Supongo que ha prescrito, por eso confieso que, antes de que detuvieran al gordo de Megaupload, yo grababa las actuaciones más destacadas en las dos caras de una cinta TDK.

Con aquellas cintas de cassette grabadas me aprendí de memoria el popurrí de ‘Los sanmolontropos’, todos los pasodobles de Martínez Ares y los grandes cuplés de Juan Carlos antes de pasarse al lado oscuro de la comparsa. Selu, Martín, Ripoll, las parodias de los cuartetos del Libi. Todos tenían sitio en mi fonoteca carnavalesca.

Pero no sólo eran las coplas. También estaban las voces que las presentaban. Si cierro los ojos y me concentro oigo a Pepe Benítez o a los Enriques. Por edad, sin embargo, la más próxima para mí es la voz de Carlos Alarcón, muchos años con Hernández Rodicio y después con Manolo Camacho. Aunque siempre estuvo en mi Nueva Zelanda ideológica, por unas razones o por otras, disfrutaba de aquellas retransmisiones.

Por eso, quiero aprovechar esta columna para agradecer a Onda Cádiz el fichaje de Agustín Bravo para sus retransmisiones del concurso. Desde que está él en pantalla, le he quitado el volumen a la televisión y he vuelto a oír las coplas en la radio.