Al Foso

No te vayas todavía

El Concurso del Falla, tan previsible, tan conservadoramente estructurado por sus estamentos cómplices (’mean’ todos sus culpa), aún es capaz de generar momentos que te reconcilian con esta fiesta

Por  10:45 h.
No te vayas todavía

Que vengo yo diciendo por el camino’, qué gran babushazo me han dado desde la bienamada Sevilla. Pidiendo a gritos que ‘Cadi’ promocionara e impulsara el humor característico de esta tierra y se cuela en el Falla la mejor chirigota ‘miarma’ de la historia: palabra de Carmelo. Aire fresco desde el tanatorio, larga vida a Manué y a todo el grupo del Bizcocho.
El Concurso del Falla, tan previsible, tan conservadoramente estructurado por sus estamentos cómplices (’mean’ todos sus culpa), aún es capaz de generar momentos que te reconcilian con esta fiesta. La apuesta llegada desde San José de la Rinconada guarda la esencia del Carnaval, esa irreverencia que produce excitación, ese deambular por la delgadísima línea del humor y lograr que, como en la celebrada ‘Match Point’, la bola caiga en el lado adecuado pero no precisamente por azar sino por talento. Un ‘poner’: mientras otros autores (políticos aparte) pisan este terreno pantanoso como un elefante en una cacharrería, ellos han hecho más con una letra a su bombista que miles de campañas para animar a las féminas a hacerse un hueco en el Carnaval de la igualdad.
Un brebaje revitalizador para un Concurso que rechaza la risa y se embarca en una peligrosa senda dramática, con autores que confunden crítica y emoción con tragedia, sin comprender el carácter festivo de esta tradición. No es casualidad el recorte inexplicable, esperemos que subsanable, en el número de chirigotas semifinalistas. Ocho es un cifra pírrica, sumando la crisis existencial del cuarteto, en comparación con las diez comparsas y los ¡seis! Coros. Reír por no llorar.
Quedará el consuelo de disfrutar por tercera vez de esta chirigota si no se impone la dictadura del nombre. Deleitarse con esa reminiscencia ‘yuyesca’. Precisamente, el gran Yuyu, padre putativo de esta criatura (la semejanza es por coincidencia, no por progenitura), lamenta que no se haya producido el necesario relevo generacional en esta modalidad. Con la excepción de Vera Luque y apariciones esporádicas de Kike Remolino, que la lucha por el premio concite a Selu, Santander y Sheriff, como hace 25 años, es para reflexionar. La calle demuestra que la risa no se ha extinguido, simplemente ha cambiado de bando. Un favor: ‘No te vayas todavía’.