EL CIGARRITO

¿Demasiada yerbabuena en el puchero?

Por  2:47 h.
¿Demasiada yerbabuena en el puchero?

 

Anoche un murmullo recorrió el teatro. La comidilla era la misma que después ocupaba a los que en el descanso apuraban la nicotina de sus cigarrillos en la plaza Fragela. «Hay que ver María lo pesaíta que está», comentaba un aficionado de los que no se pierden una. «Pues yo te digo una cosa, se agradece escucharla cuando estás ahí arriba», le contestaba un comparsista. Todo esto venía a colación de su famoso grito, el mismo que avisa de que se le puede caer la yerbabuena a uno en el momento menos pensado, el mismo grito que ayer gritó varias veces, una de ellas en medio de la parodia del quinteto -el mismo al que también le gritó «que arte tenéis los cuatro», por lo visto no le gustó la actuación de uno-. Teniendo en cuenta que el Jurado tiene un cronómetro en la mano y está inflexible, habría que cuidar esos detalles.

El Toni como Sansón

Otro tema del que se habló entre cigarro y cigarro fue de la pobre actuación de la chirigota de archifamoso monologuista Toni Rodríguez. Tal vez perdió la fuerza por quitarse la camiseta del Cádiz. Su cuerpo, al menos, lo agradeció.

Repertorio sonrosados

Anoche se vieron en las tablas del Falla más plumas que papelillos. La genial pareja gay del crucero ‘Costa Tacita’ dejó su puesto en el mundo arcoiris a unos menos afortunados hombres de vida fácil de ‘Por una regulación de empleo mira como me veo’.

Año de montajes y egos

Un veterano corista retirado llamaba la atención de recogida sobre dos aspectos del Concurso 2011. El primero, las maravillosas puestas en escena. Mentaba al coro de Migueles, la chirigota de Selu, a los de Julio Pardo, al Canijo, Aragón, Bienvenido y el prodigio de entrevista a ZP, ayer, de Vera Luque. Como aspecto negativo, mientras caminaba pitillo en mano por Benjumeda, se extrañaba del disparatado ego de los comparsistas. «Además de que todos hablen de sí mismos, Rivero mete su nombre en el título de la comparsa y Antoñito Martín, también. Queremos que nos cantes a los demás, puñeta». Puede que no le falte razón. En ambos casos.