La Voz del Carnaval

Una hermosa guillotina

El barbecho al que nuestro carnaval se está viendo obligado podría convertirse en una época perfecta para desarrollar y acometer aquellas acciones que desde hace años se reivindican como un mantra constante y que a la postre jamás se definen en actuaciones concretas.

Por  7:29 h.

El barbecho al que nuestro carnaval se está viendo obligado podría convertirse en una época perfecta para desarrollar y acometer aquellas acciones que desde hace años se reivindican como un mantra constante y que a la postre jamás se definen en actuaciones concretas.
El paro biológico que tanto gustan en llamar a este parón pandémico debería ser momento ideal para analizar, confrontar opiniones e ideas y adoptar acuerdos. De momento permítanme que sea negativo y que albergue pocas esperanzas de cara a que el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de nuestra ciudad vaya a corregir sus errores endémicos.
A todos los autores, aficionados y medios de comunicación se nos llena la boca hablando de que hay que cambiar muchas cosas en el concurso, pero igualmente cierto es que nadie sabe a ciencia cierta cuáles son esos cambios que demanda la propia naturaleza del teatro.
El problema de acometer cambios en un ámbito conocido es que podemos desnaturalizar su esencia. Y el entuerto se hace más complicado cuando uno se da cuenta de que son pocos los que coinciden en apuntar hacia la misma diana.
Hay quien dice que se hace largo y otros hablan de que este concurso jamás debe perder la libertad y su carácter abierto. Hay quien pide una preselección fuera del concurso, hay quien pide recortar la final aludiendo a que no hay cuerpo que aguante tantas horas, hay quien pide una guillotina que corte de un tajo autores mediocres… Cada cual tiene su diagnóstico y cada cual tiene su tratamiento.
Lo cierto y verdad es que la única medida que hasta el momento se ha tomado es la de quitarle al Patronato su carácter ejecutivo trasvasando esa responsabilidad al propio Ayuntamiento de la ciudad que otrora soportaba en sus espaldas el peso de un concurso que no ha dejado nunca de ser municipal. Ahora parece que el patronato tendrá carácter consultivo pero poco más, veremos a ver a dónde desemboca el nuevo modelo…
La delegación de Fiestas del Ayuntamiento está perdiendo la oportunidad de trabajar con previsión y aprovechar estos dos años para poder mejorar el concurso más importante de cuantos conozco, pónganse a la cola los Oscar, Goya, Grammy y otras copias baratas, jajaja.
El carnaval es una cosa muy seria y ese trato es el que debería recibir pero parece que el barbecho o paro biológico servirá de poco… ¡pobre de ti carnaval que tendrás que seguir evolucionando, creciendo y reproduciéndote a base de empuje natural sin que te ayude nadie!.
Viva el carnaval con o sin preselección, con o sin final, con o sin lo que queramos ponerle o quitarle. La fiesta es tan grande que a pesar de la mala gestión que se haga de ella seguirá viva y expandiéndose porque las cosas inmensas ni nada ni nadie las puede frenar ni encorsetar ni cambiar ni contener, por mucho que queramos.