Pensando pensado, Cádiz está sin verso ni música. Pero en realidad todos los años hay quien escribe en carnaval sin rimar y sin ajustarse a un pentagrama. Y me refiero a la opinión que sale del foso de la prensa y al veneno que sale de las redes durante el COAC. En verdad, ya en estos días habría acabado la competición. Ya casi todos tendríamos olvidado qué se dijo de nuestros grupos durante la vorágine del concurso. Estaríamos disfrutando de nuestras obras en la calle, en el verdadero Carnaval. Sólo los más enfermos, una vez cerrado el Falla, siguen pensando en qué dijo este periodista, o qué maldad se le ocurrió a no sé qué anónimo personaje de internet. Por eso no merece la pena dedicarle a un artículo a eso, qué va. Porque yo no soy un enfermo. Por eso no voy a contar que me parece que hay periodistas del foso a los que se les ve el plumero.
Demasiado partidarios de alguno y demasiado contrarios a otros y, claro, eso en sus críticas se plasma. Si fulanito trae algo flojito, el primer día se le pone “traerán mejores letras conforme avance el concurso” o “la música es difícil de digerir, habrá que escucharla más veces”. En cambio a otros se entra directamente a matar.
Algunas crónicas parece que ya las traían hechas de casa. Los mismos piropos, o las mismas críticas. al mismo cada año. Menos mal que no voy a escribir sobre ellos, porque si no diría que se repiten mucho. Un cuplé de pelo es “picantón” si lo escribe uno de sus favoritos. Y un bastinazo intolerable si los escribe otro. Hay intocables a los que nunca se les hace una crítica feroz. ¿Tienen miedo de que vayan a pegarle en la puerta trasera del Falla o en su barrio? Pero bueno, no me meto en nada, porque no merece la pena. Que va a parecer que yo soy un enfermo de esto. Hay veces que en una crítica pone “este tema ya lo hemos escuchado varias veces” o “énesima copla al mismo asunto”. Pues claro ¿qué quereis? ¿que los autores se llamen unos a otros en septiembre y se pongan de acuerdo? Tendrán que cantar a lo que pasa ¿no era esto un periodismo cantado? Si hay un terremoto, no van a decir las coplas que no lo ha habido. ¿no?.
Tampoco voy a hablar de las redes. Cualquiera se pone un nick, y ya es un terrorista que escribe con impunidad y con inmunidad sobre todos los grupos. Estupendamente sobre su favorito y despiadadamente sobre los demás. Y no sólo sobre la calidad de las obras, sino sobre la vida privada de cada autor o componente. El administrador de esos foros siempre mira para otro lado y le da igual si se dice de alguien que se mete por la nariz lo que no debe, o si incluso lo vende. Si es un maltratador o en su profesión hace algo que roce lo delictivo. Calumnia que algo queda. Hay otros “rederos” más sofisticados. Son los que están al servicio de determinados grupos que ya son como una empresa, con su propio comunity manager. Van moviendo el cotarro, creando corriente, creando tendencia. Troleando lo que haga falta.
Todos escribiendo sin verso, todos escribiendo sin música. Ese es siempre su carnaval. Menos mal que no voy a hablar de vosotros y yo en la vida dedicaría un artículo para escribir de esto. Porque ya ha pasado el No-concurso y ya es No-carnaval, y sólo un enfermo le da importancia a esas cositas. Ahora lo que toca es disfrutar de la No-calle, con sus No-carruseles, sus No-tablaos, y su No-carpa. Porque yo no estoy enfermo ¡eh!