Chirigota Er Chele vara en preliminares del COAC 2019.
Chirigota Er Chele vara en preliminares del COAC 2019.

CARNAVAL 2019

Sin maldad

Por  7:50 h.

Da gran corte. Porque, aunque le pasa a muchos en este oficio, a casi todos, parecería que es hablar en primera persona. De los propios problemas. Y eso es lo último en este trabajo. Así que lo haremos genérico, como los medicamentos: Lamento de veras haber ofendido. No he escrito ningún comentario ni crítica sobre ninguna agrupación este año (creo que ni el anterior, ni el otro) pero por si acaso alguna vez… Nunca fue mi intención. Mucho menos a ningún familiar o amigo, a los afectos del entorno, inocentes. Si alguna vez tuve un mal gesto o negué un saludo, no lo recuerdo. Creo que fue sin intención.

 

A los tímidos o despistados se les toma a menudo por arrogantes. No prefiero a un grupo ni a otro. No tengo intereses personales en ningún coro, comparsa, cuarteto ni chirigota. Algunos amigos repartidos en alguna autoría. Y deseo que se diviertan, que lo pasen bien si ganan, que no sufran si pierden. Como si jugaran al voleibol o al ajedrez. Desde lejos. La verdad, me da igual. Completamente. Sencillamente, vivo al margen de su pasión. Tengo otras. O ninguna. Según los días. Esa del Falla, no. Sin creerlo mejor ni peor. Simplemente, que no. Es decir, que no merece la pena tener diferencias por algo que resulta ajeno, que –como tantos picoteo– sin orden por televisión o radio. Reitero mis disculpas. Me pagan por montar páginas, en alguna ocasión por tratar de informar y de tarde en tarde también por opinar. Sin tener idea ni gana específicas. Sin la experiencia de haber salido, ni en el Falla ni en la calle.

 

Nunca escribí en asuntos de Carnaval, que recuerde, para hacer daño (en algún otro ámbito lo he intentado alguna vez sin ningún éxito). Tampoco le tengo tirria a esos grupos que se molestan hasta cuando tratas de decir que te gusta lo que hacen pero no aciertas con el halago. Ni es desprecio decir que, por lo común, ya no entiendo las comparsas, que dejaron de gustarme. Yo me lo pierdo. Culpa mía. Seguramente, he cambiado yo. No pasa nada. Me cuesta la falta de autocrítica y humor en un mundo que se declara crítico y cachondo. Se toman demasiado en serio. Igual yo también. No sé. Llevo mal la solemnidad, la mía en primer término. Entiendo el Carnaval como un hobby (remunerado en pocos casos), como una diversión efímera para el público y me cuesta que se mezcle con tragedias, penas, sacrificios personales que todos hacemos, paternidades como todas y profundidades espirituales de autores atormentados que no pueden con el peso de la púrpura. Seré un mierda. Lo sospecho desde siempre. En cualquier caso, me basta con apartar la vista.