CARNAVAL DE CÁDIZ 2020

La vida después de la vida

Si hago carnaval es gracias a dos gaditanos que ya no están entre nosotros

Por  8:00 h.

Desde que era un niño, siempre he tenido una obsesión insana por la muerte y el paso del tiempo. Recuerdo que con tres o cuatro años, despertaba a mi madre como el que lloraba, y le pedía que calculase conmigo cuantos años le quedaban de vida a mi abuela, teniendo en cuenta la edad a la que había llegado mi bisabuela.

 

Hasta ese momento, para mí todo era una cuestión de números.

 

Aunque aún no podía explicarlo, ya tenia muy claro que eso suponía un punto y final. Sino de su existencia, si de su consciencia.
Dicha obsesión me ha ido acompañando con los años,. Pese a ello, también soy un optimista empedernido, y de esa mezcla mental, mi psique ha construido una necesidad. Que la muerte sirva de algo. Que haya vida después de la vida.

 

La primera gran pérdida que he tenido, y de la que aun me intento recuperar, fue la de mi mejor amigo. Un mix de Pitbull con muy mala leche pero que me quería con locura. Pasamos juntos por momentos duros y eso nos unió en esta vida y nos mantiene conectados después de ella. En cuanto se me fue, me decidí a adoptar lo antes posible. Necesitaba que el vacío que me dejaba su adiós, se transformarse en una nueva oportunidad para otro ser vivo . Eso me trajo a mi niño Marvel.

 

– Que la muerte sirva de algo –

Dicen que todo tiene solución menos la muerte, y yo le quiero ganar la partida a ella también. El que se va, ya no puede hacer más de lo que hizo. Del resto nos encargamos los vivos. Somos los que otorgamos esa vida después de la vida. Fíjate como son las cosas que, si hoy estoy escribiendo estas letras, es gracias a que hago carnaval, y si hago carnaval es gracias a dos gaditanos que ya no están entre nosotros. Estas letras, escritas blanco sobre negro, son vida. El surco que dejó en mi mente el paso de su existencia en la mía. Ellos han ‘supervivido’. Lo harán para siempre, porque son historia.  Lo harán eternamente, porque dedicaron su arte a hacer grande a su tierra y a su gente. Ahora esa gente les regala el don de la inmortalidad y su tierra, un panteón de sal para el que quiera venir a cantarle.