El Beethoven de la Viña

Por  10:13 h.

Sería muy fácil empezar esta columna repasando año a año las melodías mágicas que nos ha regalado. Su soniquete queda patente en la primera frase del pasodoble, qué digo en la primera frase, en el toque de güiro ya se percibe un sabor diferente… perdónenme que hoy ando un poco torpe, qué digo en la introducción de pito, en el primer acorde ya se sabe que el tiempo por un instante va a detenerse. En cuanto la guitarra rompe el silencio las musas bajan a la tierra para santificar la copla. Sí señor, la copla, la carnavalera, la del soniquete, la que te hace bailar, la que se aprende, la que se canta en las reuniones, las que no pasa de moda, la que te envuelve y te mata en el trío, la que se mece al vaivén de las olas de nuestro mar.

La copla, al 3×4 o al 4×4, sea como sea, pero la que conmueve y huele a papelillos, la que pellizca el alma, la que te araña por dentro y cuando termina te deja un regusto a locura de febrero, la que a la primera escucha te inocula el veneno del carnaval.

Sí sí, a la primera escucha, porque cuando la copla es buena no hace falta más. No se trata de hacer canciones, no se trata de estudiar solfeo, no se trata de ir a conservatorios, esto es algo que trasciende todo eso… se llama duende, magia, pellizco, algo inexplicable que solo tienen los elegidos y entre todos él destaca como maestro inigualable porque jamás defrauda, porque es tan especial que cada año compite consigo mismo y cada año vuelve a ganar.

El Beethoven de la Viña ha pasado por muchas etapas vitales, algunas mejores y otras peores como cualquiera de los mortales, pero ha tenido la generosidad de regalarnos siempre sus coplas, de servírnoslas sin aditivos, sin conservantes  ni colorantes para que podamos guardarlas sin temor a su caducidad.

No escondo mi absoluta devoción por él. Para mí un pasodoble del Noly vale todo un carnaval. Este año raro de pandemia y añoranzas nos va a arrebatar esos nervios previos a conocer un nuevo pasodoble del brujo del compás. 

Ahora que necesitas de cariño te mando el mío, ojalá tu salud mejore y podamos brindar pronto con la felicidad que provoca una nueva de tus melodías. Que la inspiración viene sola, ya me contaste, pero los reconocimientos no. La sociedad a menudo es de frágil recuerdo y fácil olvido. No se lo tengas en cuenta Noly, que nadie ni nada te aburra, que mi estómago sigue esperando las mariposas de tu pasodoble, ese pasodoble con el que a todos nos engañas haciéndonos creer que es tan fácil que solo tú lo sabes hacer.

Ojalá pronto volvamos a vernos y tarareemos alguno de tus pasodobles. Ojalá que en tu vieja grabadora se pulse el botón rojo (rec) muchas veces. Ojalá Cádiz te reconozca todo lo que significas en el carnaval. Estás marcando una época y eres maestro del compás viñero. Ojalá el mundo del carnaval sea justo contigo y no deje para mañana el cariño que debe darte hoy. Un abrazo maestro y gracias por enamorarme en cada pasodoble.