Carnaval de Cádiz 2021

Víctor Clavijo: «La risa es una defensa natural e inteligente ante los avatares de la vida»

El actor algecireño destaca el talento y la revolución que emanan del Carnaval, un arte inconformista y en continua adaptación

Por  6:59 h.

Cuesta dar con su contacto. Ponemos en marcha la búsqueda, tiramos de agenda, y le contamos el motivo de la llamada… A las primeras de cambio recibimos con total honestidad un «la verdad es que no puedo seguir mucho el Carnaval desde la distancia, debo reconocer mi ignorancia con el género por desgracia»… Así de pronto nos tememos que sea una respuesta trampa para evitar la entrevista, pero como por arte de magia rápidamente añade «pero estoy encantado de hablar de mi tierra y de su cultura».

 

Más allá de la altura que se les presuponen a los actores que hacen series y películas, Víctor demuestra en su primera respuesta una humildad tremenda, valor que no está en alza en la sociedad actual y que lo sitúa de entrada en una posición de admiración. Y sí que conoce el Carnaval y recuerda con pesar al malogrado Juan Carlos Aragón, pero prefiere ser prudente demostrando respeto hacia la fiesta más genuina del pueblo gaditano.

Víctor Clavijo es de Algeciras y desde hace años es un poco de todos y cada uno de los espectadores a los que hace disfrutar, conmueve o emociona. Su profesionalidad ha contribuido al éxito de series como ‘Al salir de clase’, ‘Carlos’, ‘Rey Emperador’ o ‘El Ministerio del Tiempo’ donde firma papeles memorables.

– Revisando su curriculum profesional se me viene a la mente la frase que dice «la vida es un carnaval» ¿De dónde saca tiempo para hacer tantas cosas y hacerlas bien? 
–Bueno, no sé si hago tantas cosas bien, pero sí que soy hiperactivo y cuando me da por una disciplina procuro aprender lo máximo acerca de ella y practicarla mucho. La clave está en las horas invertidas en el estudio y la práctica. En cuanto a de dónde saco el tiempo para hacer tantas cosas, esa es otra cuestión. No siempre dispongo del tiempo que querría para hacer todo lo que me gusta, pero sí que detesto perder el tiempo sin hacer algo creativo o productivo. Es un problema. Aprender a estar sin hacer nada es necesario, aunque a mí me cuesta.

–¿Cómo le ha influido el carácter gaditano en su forma de entender la interpretación?
–Yo, por mi forma de ser, parezco poco gaditano. No soy especialmente expresivo, expansivo y dicharachero en mi vida privada. Pero sí que hay algo en la espontaneidad y brillo gaditanos que trato de aplicar algunas veces en mi trabajo, aunque no todos los personajes lo permiten.

–¿Qué le aporta Cádiz al mundo artístico y cultural nacional?, ¿cómo se ve el carnaval desde Madrid?. ¿Cómo valora el caudal de ingenio que brota cada año de su tierra?
–Cádiz está rebosante de talento en muchísimas áreas del arte: música, interpretación, cine, pintura, baile… Creo que los gaditanos vivimos con intensidad las cosas, las sentimos a flor de piel y necesitamos expresarlas, y además tenemos una mirada sarcástica sobre las tragedias de la vida, necesitamos aliviar el dolor a través del humor, del chascarrillo. El Carnaval es una gran expresión artística de todo lo que es el gaditano: alguien con una mirada divertida y a veces ácida acerca de la vida, capaz de sacarle punta a cualquier cosa, con una gran imaginación y creatividad y un carácter tendente al histrionismo (algo muy necesario para la actuación). Hay diversión, sátira y auténtica poesía en el Carnaval y revela además un carácter inconformista y crítico que creo que es también parte de nuestra naturaleza.

–¿Qué tiene Cádiz que consigue dibujarle una sonrisa a las situaciones más desesperadas?
–La risa es revolucionaria, ataca al sistema, lo cuestiona, le dice «eh, no somos tontos. Sabemos de qué va esto y tenemos la altura moral y la inteligencia para reírnos de ello». La risa además aporta distancia y supervivencia ante las tragedias. Es un método de defensa natural e inteligente ante los avatares de la vida y de esos sabe mucho el gaditano. La risa alivia y da oxígeno para seguir enfrentando la dura realidad ¿Por qué eso se da en una provincia y no en otra? Me encantaría saberlo, pero es cierto que es algo único que sólo se da en Cádiz… Un lugar donde se aviva el ingenio en el chascarrillo, en la broma, en el análisis de las cosas, y ese ingenio se valora como una gran cualidad en quien la tiene. De hecho el Carnaval es un torneo de creatividad e ingenio.

–Como buen gaditano seguro que recuerda algún disfraz con el que de pequeño disfrutó de los carnavales algecireños… ¿Cómo eran aquellos carnavales de su infancia?
–A mí me encantaba disfrazarme en casa casi todos los días con lo que encontraba en los armarios. Pero es cierto que no dedicaba tiempo o dinero a confeccionar un disfraz para carnavales. Cuando empecé a hacer teatro, sentía que ya cubría con ello esa necesidad de ponerme en la piel de otro y empecé a perder interés en disfrazarme durante el Carnaval. De hecho, cuando ya me dediqué a la interpretación profesionalmente, decía en broma que el Carnaval era la única fecha en la que iba a descansar de hacer de otro y que aquellos eran los días en que les tocaba a los demás esa tarea.

–Si Víctor Clavijo saliese en Carnaval, ¿en qué modalidad se sentiría más cómodo? ¿En la seriedad y calidad compositiva que impera en la comparsa y en los coros o en la diversión y el ingenio que brotan de las chirigotas y el cuarteto?
–Creo que elegiría la diversión de las chirigotas y cuartetos para sacar al payaso que llevo dentro.

–¿Cómo se le ocurrió grabarse recitando esas canciones que a priori no encajan en un recital poético ni de lejos?
–Fue una proposición de un amigo, un reto. Llevaba semanas subiendo videos a redes recitando a grandes para aportar algo de cultura en las primeras semanas del confinamiento. Un amigo me dijo «con Lope, Quevedo, Machado… Es fácil recitar bien. ¿A que no lo harías con un regueaton?» Ahí empezó todo. A partir de ese momento quise experimentar con otros géneros, casi como un reto actoral que yo mismo me ponía: recitar fórmulas químicas, el BOE, cambiarle el sentido a letras infantiles a través de un cambio de entonación, etc. Era una manera divertida de entretenerme y entretener a los demás en aquellos meses tan duros.

 

–¿Qué deseo le pide al dios Momo del carnaval?
–Que no nos falte nunca la risa.