Carnaval de Cádiz

Vera Luque: «La rabia ha impregnado este primer premio; no queríamos ni ganar»

El chirigotero, muy dolido con las críticas de los fanáticos. «Uno viene a hacer disfrutar y parece que le está robando el pan a otro»

Por  7:00 h.

José Antonio Vera Luque es el Marc Márquez del Carnaval. Cuatro veces campeón en el último lustro. El chirigotero rompe todos los registros de la historia reciente de la fiesta y se consolida como el autor más laureado de la década con una hegemonía incontestable. ‘Esto sí que es una chirigota’, ‘Los superpop’, ‘Los del planeta rojo, pero rojo, rojo’ y ‘No tenemos el Congo pa farolillos’ completan cinco años maravillosos que se suman al campeonato de ‘Los que van por derecho’ de 2010.

 

Pero no todo son risas y alegrías. Ha sido el año “de la rabia”. Vera y su grupo han sufrido la crítica, en ocasiones despiadada, de los fanáticos, especialmente proliferantes en las redes sociales. Incluso, de tanto hartazgo, “no queríamos ni ganar. Lo único que hacemos es Carnaval y parece que estoy robando el pan de otros”, lamenta este gaditano de 42 años que ya ve el descanso cercano en el horizonte. “Todavía es pronto para tomar una decisión, pero ya llevamos tiempo planteándolo. No puede ser que el peor mes del año sea el del Concurso”.

 

-Son cuatro premios en cinco años ¿no se cansa uno de ganar?

 

-El momento de ganar es bonito, de las mejores sensaciones en el Carnaval, pero cuesta mucho llegar. Uno no se cansa de ganar, pero sí se puede cansar del Carnaval. De todos modos, nos gusta mucho estar activo, en la calle; a mí es lo que más me gusta.

 

-¿Saben mejor los premios de antaño, esos primeros, o los últimos?

 

-Cada uno es distinto. El primero fue caído del cielo. No lo esperaba, es especial. ¿Quién pensaría que iba a ganar en el Falla?

 

-¿Y este último?

 

-Este ha sido un Carnaval muy duro. Tenía la sensación de rabia. El hecho de ir ganando cada vez más parece que te obliga a ir peleando con los elementos. Si yo sólo me apunto a un Concurso… Y parece que estoy robando, quitándole el pan a alguien. Lo merecemos tanto como el segundo, el tercero o el cuarto. Hay un punto de autoconvencimiento de que todos merecíamos el premio, y no hacemos nada malo. Ensayamos y le damos mucha vuelta al coco. Ese es el único pecado que cometemos.

 

Cuando el Jurado nos nombró en la final, me vino el punto de cuando Míchel marcó el gol a Corea: “Me lo merezco” (risas).

 

-Desde fuera se la ha visto enrabietado ¿Por qué?

 

-El Carnaval se ha puesto raro, extraño. Saturado de mucha información por todos lados, gente volcando comentarios es muchos medios. Intentamos encapsularnos en una burbuja y es imposible. Es como la gota malaya. Va cayendo una, otra, otra, hasta que un día no aguantas más y te vienes abajo. Nos ha pasado. El peor mes de todo el año es el del Concurso de Carnaval ¿Qué hago yo aquí metido? No sé si es la globalización, el Carnaval paralelo donde todos despotrican contra todos… a la larga, se hace un boquete en el cráneo y te llega.

 

Ha sido un mes complicado. Suerte que tengo un grupo cinco estrellas que nos apoyamos y nos unimos. Lloramos en el hombro el uno del otro. Es una pena porque lo preparas con cariño, es tu hobby y lo haces por afición, se convierte en el mes más complicado del año.

 

-¿Cuál es esa gota que colma el vaso?

 

-La más tonta.

 

-¿La tiene en mente? Veo que habla mucho de redes sociales.

 

-Llega a tocar cuando ves gente con fijación. Con esto no ganamos nada, más que disfrutar y hacer a la gente disfrutar. Y no te ves recompensado, no por premios sino con bienestar. Por eso entiendo a Tino, a Falete Pastrana, a los de Chiclana, porque en lugar de pasar un mes malamente te pegas una semana buena de calle. Eso está ocurriendo y hay que tener cuidado porque a la larga se puede devaluar el Concurso.

 

-¿Han pensado en algún momento ‘ojalá no ganemos’?

 

-Sí, me lo pensé, Y es muy triste llevar un repertorio para ganar, y no querer hacerlo. ¿Cómo vas al Falla sin esa motivación? Pudiendo no quiero por lo que puede traer después. La experiencia del año pasado nos marcó. Cometimos el pecado de ganar. Bueno, más bien el Jurado. Hemos notado cierta inquina por ir al Falla y que nos den un premio. Salen teorías conspiranoicas, cuando yo tengo tres premios con Teófila y dos con Kichi.

 

No creo que haya tanta historia política como el veneno del Concurso, que divide a la afición en ‘istas’: martinistas, juancarlistas… están llegando al mundo de la chirigota, que antes no pasaba. Y eso no es bueno, como ocurrió con la comparsa. La afición fanática no es buena.

 

-¿Y entre compañeros?

 

-La relación es perfecta. No tengo ninguna queja. Todos entendemos donde estamos, y sabemos que un año puede estar arriba y otro el 14.

 

«El mes de Concurso es el peor de todo el año; eso no puede ser»

 

-¿Por qué siempre gana? ¿Cuál es el secreto del éxito?

 

-Tengo un grupo de gente muy sabia en el Carnaval. Con un criterio muy claro y una capacidad crítica enorme. Tengo un filtro a la hora de llevar los repertorios excelente. Llevo cosas que no valen y van para el bolsillo.

 

-Manejan muy bien las claves del cuplé, que es una especie en peligro de extinción.

 

-Llevamos tiempo que nos va bien en ello. Desde Tarzán. Es una de nuestras partes fuertes y le dedicamos un tiempo y un esfuerzo especial. Suelen llegar tarde, cuando ya están bastante cultivados. El cuplé cada vez es más complicado, porque es difícil hacer humor con las redes sociales, donde el ingenio es increíble y revientan los chistes y los golpes. Y está feo cogerlo de internet. Este año nos pasó con Quique Pina. No merecía la pena porque nos lo iban a pisar seguro. En diez minutos había 14.000 chistes.

 

-Pero sí es verdad que la chirigota está en crisis. Al menos, en un momento complicado.

 

-Para empezar, la chirigota está más limitada que la comparsa a la hora del tipo. No es tan fácil la fantasía, debe ser una parodia de la realidad. Ya casi todo ha salido. Y luego tenemos en el recuerdo chirigotas míticas como referencia y es complicado sustituirlo por otro. Se hacen buenas chirigotas. Crisis me parece una palabra exagerada. Es un periodo de adaptación.

José Antonio Vera Luque, con su chirigota ‘No tenemos el congo pa farolillos’.

-Hay que partir de la base de que la chirigota no es sólo hacer reír.

 

-Es que quien te impone el criterio es el público, sobre todo el público del Falla. Es quien te da el primer ‘feedback’. Si no aplaude te has estrellado, si lo hace ‘has pegado’. Porque hay ruido… Y eso no tiene que ser así. Yo creo que el popurrí de ‘Los Yesterday’ en este momento no tendría ruido, no es efectista. Todo el mundo nos lo sabemos, es genial, pero ahora va al Falla y la gente diría: ‘popurrí flojito, no me he reído’. Se le da valor al ruido, a la carcajada.

 

Los que vamos buscamos un punto de equilibrio. Que sea bueno y que tenga respuesta de la gente, porque si no parece que no vale. Pero triunfa el ruido, la carcajada por encima de la sonrisa. Miguel Moreno lo explicó bien: “Yo me reí mucho con Torrente pero el humor de Woody Allen es más inteligente“. Pues eso.

 

El público te está imponiendo lo que se debe hacer.

 

«El que impone el criterio es el público del Falla»

 

-Pero eso es un error

 

-Vale, pero es lo que está ocurriendo. Cuesta meter golpes locales porque esto ha crecido mucho y, por cuestión puramente matemática, hay más gente que no es gaditana que gaditana. Nosotros intentamos meter alguno para que también se haga ese pequeño esfuerzo, como en la presentación con la broma del Pago del Humo.

 

Nos gusta siempre hacer una ensalada con todos los ingredientes.

 

-De ahí que la labor del Jurado cada vez sea más didáctica.

 

-El Jurado tiene un valor importante. No sólo para puntuar, sino porque es el encargado de encauzar y trazar el camino por el que se va a ir los próximos años. Si se premia a un cuarteto dando volteretas, al año siguiente vendrá otro dando volteretas. También todo va por modas. Cuando uno se cansa de jamón quiere queso. Y luego vuelta al jamón.

 

-¿Le han gustado los cambios de este año? El apto y no apto…

 

-No me ha gustado. Las de arriba no se arriesgan ni compiten porque saben que van a pasar. Y por eso parece que van peor. Hay que empezar desde el primer día. Además, para las que se quedan fuera les viene mal, porque la que se queda al límite está en el mismo sitio que la última. Para los jóvenes les motivaba ir creciendo.

 

-¿Piensa descansar en algún momento?

 

-Sí. Este año salimos de milagro. Tuvimos dudas existenciales. Cada vez tenemos más responsabilidades, menos tiempo. Logramos muchas cosas y el hambre se apacigua un poco. Y si encima nos encontramos con un mes con tanto estrés. Alguna vez pararemos porque si no explotamos. Si paramos, seguramente haríamos algo callejero. Apetece.