crónica de anoche

Toda la tensión fuera, toda la calma dentro

La última sesión clasificatoria transcurrió sin sobresaltos, desastres ni más brillo que la actuación de la comparsa de Córdoba

Por  8:30 h.
Toda la tensión fuera, toda la calma dentro

Si el bombo que decide el orden de actuación en preliminares hubiera estado trucado tal vez habría compuesto una sesión como la de anoche para cerrar la fase a conciencia. Pareció como si nadie tuviera la intención de armar demasiado revuelo para no complicarle la vida al jurado. El nivel medio fue eso, medio, sin grandes alardes ni grandes patinazos. Corrección, esa es la palabra que define la última noche de clasificatorias. Destacó la comparsa de Córdoba, ‘El señor del mar’, que se afianza como una de las que hay que tener en cuenta. Sencilla, afinada, con gusto, clásica. Reivindicó el estilo añejo, el que ellos traen, sin tanta parafernalia, lo que es la comparsa de toda la vida de Cádiz. Está bien que alguien que ve las cosas desde otra perspectiva llegue para ponerle los pies en la tierra a los que han hecho del Carnaval otro tipo de espectáculo.

Con ellos también destacó la chirigota viñera de Rubén Vargas. Descarada, con pasodobles sólidos y cuplés simpáticos, especialmente el dedicado a los trucos de Juan Carlos Aragón con su comparsa. Sin cortarse un pelo. Popurrí también con buenos golpes, como el de la chirigota sevillana ‘El lunes me pongo’, que fue la sorpresa de la noche.

El resto de grupos mantuvo un nivel discreto, pero aceptable. Mejora el coro femenino, más afinado que en años anteriores. La comparsa de Barbate gustó con su repertorio casi monográfico de homenaje a la radio. Y para hacerlo todo más liviano aún, a última hora se retiró el cuarteto de Córdoba recortando 30 minutos de sufrimiento a los que aguardaban ansiosos escuchar el veredicto del Jurado.