Semifinales COAC 2020 La canción de la laguna. A deshojar la margarita
La comparsa del Carapapa le dedica un pasodoble a Antonio Trujillo, el Catalán Grande
Valoración: AHÍ, AHÍ
Con la presentación comienza el cuento de estos bichitos laguneros. Están en la lucha por entrar en la Final y lo saben. Eso hace que la interpretación haya sido prácticamente perfecta, con cuidado de que no hubiera el más mínimo traspués.
Expectación porque antes del primer pasodoble se anticipa Paco Trujillo, el Catalan. El foco está en él cuando se arranca: “Soy un triste vagabundo que va por el mundo sin el antifaz”. Arranca la copla, en la que se hace un repaso por la trayectoria de Antonio Trujillo, el Catalán Grande grande, padre de Paco. Tras una vida dedicada al Carnaval “se convirtió en leyenda”. Le llegó este año su distinción para el antifaz de oro, “no lo quiero, decía la prensa (puedes ver la entrevista aquí) porque llega tarde y le tengo manía”. “¿A qué vienen a los 30 años acordarse de mí?”, continúa el pasodoble, que remata con que “se va como un caballero diciendo que no”. Y llega la mejor, parte, cuando el el grupo habla en nombre del autor y le dice al Catalán Grande, “Te hago una promesa, el antifaz de oro no lo verás en mi solapa, palabra de Carapapa”. En el segundo, nueva letra al pin parental y a las reticencias de Vox con la educación: “no es culpa tuya tú eres víctima de aquel Franquismo”. Les dice que la homosexuliadad “no tiene cura, porque el amor no es una enfermedad”. “Que no viva oculto, como un bicho raro. Si es niño, que aprenda el respeto hacia la mujer; si es niña, que no crea que es menos que él”. Rematan con un que sepa defenderse, porque en la vida puede enfrentarse “a gente como su padre”. De nuevo, la sensación de que la letra, con ser buena, suena a ya escuchada.
Cuplé de luto el primero, porque a los bichos se los comen en muchos lugares. “Grillos a lo pobre y tortillitas de saltamontes”. Pero no pueden comerse a la oruga, un componente más bien grueso. En solidaridad con los bichitos, suenan grllos en el teatro. El segundo, a que el rey emérito tuvo un desliz y nació, a los nueve meses, un varón. Esperan que no abdique Felipe VI porque habría cachondeo con el nuevo monarca, “Alberto I, el Goma rota”. La laguna se pone triste con esta tanda.
En el popurrí, si uno cierra los ojos pensará que los que están cantando son unos bichos, con esos tonos altos, donde descuellan el Piojo Chico y Julián cuando la rabia lo requiere. Aunque ellos nos dirán “¿y tú me llamas bicho a mí, no me hagas reír, el bicho eres tú?” Tuvieron un sueño y quisieron decirnos que “soñé con la alegría”. La despedida del popurrí es premonitoria de lo que puede pasar este miércoles: “Ojalá, Tacita, si le pregunto diga sí la margarita”