Frente a la muerte, la vida y para celebrar la vida, las coplas. Esto es precisamente lo que escenificará ‘La Eterna Banda del Capitán Veneno’ este lunes en el Gran Teatro Falla con el espectáculo ‘24 lunas sin ti’. Un homenaje, un tributo por el segundo aniversario de la muerte de Juan Carlos Aragón, pero también una manera única de recordar el valioso legado que dejó el poeta al Carnaval de Cádiz: sus letras y sus músicas. Al frente de la comparsa, el que fuera su director y amigo, Javier Bohórquez, que hará valer su compromiso con el coplero: «Cada 17 de mayo tus himnos sonarán en el Falla». En primavera.
–Dos años han pasado desde aquel fatídico 17 de mayo de 2019, ¿podemos decir que está superada la muerte de Juan Carlos Aragón?
– Superarlo, yo creo que no. El duelo es más amplio de lo que yo me podía imaginar porque una pérdida de éstas no se puede llegar a superar. Me acuerdo de Juan Carlos todos los días y cada momento me despierta un recuerdo de él. Recuerdo dónde lo vi por última vez y cada frase que me dijo. Sobre todo, en estos días bonitos de primavera que a él le encantaban. Era un enamorado.
Se levantaba temprano para aprovechar y poder desayunar en cualquiera de los Pueblos Blancos y luego volver cuando entraba a las diez en el instituto o se levantaba para hacer deporte antes de las clases. Era una persona llena de vida, que aprovechaba todos los momentos para disfrutar de su día a día. Siempre hay un día bonito que me recuerda a Juan, una conversación que me lleva a él…No sé si esto es superarlo o no pero él vive muy dentro de mí en el día a día y en la gente de La Eterna Banda. Está presente en los viajes, en los ensayos…en todo.
–¿Se ha despertado alguna vez y ha pensado que todo esto no ha ocurrido?
–Hace dos años, cuando pasó todo esto, sí que me ocurría. Leía algo en la prensa o en otro sitio y pensaba: «se lo voy a comentar a Juan Carlos». Y asustarme porque no me podía creer que se me hubiera ido la cabeza de esa manera. Pero ahora quizás lo tengo más aceptado y te das cuenta que ya no puedes escribirle. Eso sí, siempre pienso en lo que opinaría él sobre ciertas cosas que me ocurren o que pasan.
–¿Recuerda la última vez que vio a Juan Carlos Aragón y pudo hablar con él?
–Lo recuerdo perfectamente. Fue una vez confirmado el parte médico de todo lo que tenía. Quedamos en un bar de la Avenida, los dos y su hijo Juan Carlos. Hablamos una media hora sobre lo que le habían dicho los médicos y cómo iba a afrontar lo que le venía con el tratamiento. Allí ya lo vi con las cosas bastante claras. Vi a un sabio, que pensaba de una forma diferente, con las cosas muy claras, y recuerdo cómo me habló.
Me dejó frío. Él me dijo lo que quería hacer y recuerdo una frase que me marcó. Me dijo: «Javier, no estés triste y no le des vueltas al coco. Yo he vivido como me ha dado la gana y he hecho lo que me ha dado la gana. Mucha gente hubiera querido vivir como lo he hecho yo, así que me puedo ir tranquilo». Después, curiosamente, esa frase me la repitió su padre. El día que lo incineraron en el tanatorio, llegaba con las cenizas y me abracé a él y nos dijo: «Éste ha vivido como le ha dado la gana y le he echado broncas durante toda mi vida porque yo no estaba de acuerdo con esa manera de vivir y cómo ha hecho las cosas. Pero ahora, me alegro de que haya vivido como ha querido».
–¿Fue entonces allí, en aquel bar, vuestra despedida?
–Cuando hablé con él, supe que era una despedida. Que él sabía que lo tenía muy complicado para salir adelante. Me dijo frases muy fuertes que me guardo para mí.
«Me hubiera encantado que Juan Carlos viera cómo la gente ha dicho: «ole tú y tu forma de vivir»
–¿Le quedó algo por decirle?
–No, durante nuestra amistad fuimos muy sinceros el uno con el otro. Nuestra relación durante años fue de sinceridad, de admiración, de cariño, pero por ambas partes. Éramos amigos de verdad. Sí es verdad que cuando se puso malo, prefería preguntarle a Luisa, ir a visitarle de vez en cuando. Cuando estaba sano, nosotros hemos disfrutado de la vida como no te puedes imaginar, al cien por cien.
–Este lunes volvéis al Falla, volvéis al templo que lo encumbró y donde se despidió, y lo hacéis para conmemorar el segundo aniversario de su muerte. ¿Por qué el espectáculo ‘24 lunas sin ti’?
–Es algo que se inventó el grupo de la Eterna Banda. Cuando murió decidimos que el 17 de mayo de cada año, tenían que estar presentes los himnos que dejó para el Carnaval de Cádiz. Estos himnos que son el legado que nos dejó. Qué mejor forma de recordarlo y honrarlo, que en la que fue su casa, en el teatro que tantas pasiones levantó, que tan nervioso lo ponía. El año pasado no pudimos hacerlo con el tema de la pandemia.
Hicimos la ofrenda y recitamos el poema en ese primer aniversario. Pero en este año que la cultura nos permite más espacios y podemos pisar el teatro, es el año de que Juan Carlos esté en el recuerdo, porque es uno de los grandes talentos y genios del Carnaval de Cádiz, y su grupo tiene que estar ahí para que nunca se olvide y que los aficionados lo tengan presente cada año.
–Tras este segundo aniversario, se abre una nueva etapa para la comparsa, que incluso ha anunciado el nombre de ‘Los renacidos’ para su regreso. ¿Va a tener que ver algo con Juan Carlos?
–No, nada. El proyecto de este grupo a partir del próximo Carnaval, es con los autores con los que lleguemos a un acuerdo para hacer una comparsa. La etapa de Juan Carlos terminó el 17 de mayo. Ojalá estuviera Juan Carlos y poder seguir llevando comparsas con La Eterna Banda del Capitán Veneno, que tan buenos resultados dio en la última etapa. Por el bien del Carnaval y de los buenos aficionados, hay que disfrutar de lo que viene ahora.
Si vamos al Concurso y se abre el telón, y la gente espera algo de Juan Carlos, va a ser un chasco y una frustración para los aficionados y sería cortarle la proyección a un grupo que quiere hacer otro Carnaval. Esa forma de hacer comparsas de Juan, sólo las hacía él, no lo hacía ningún otro autor del Concurso. Él era de arriesgar y cantar lo que sentía sin importarle el premio, aunque después se mosqueaba si no ganaba. Es difícil que un autor llegue a su nivel filosófico y a dar su opinión de la manera que lo hacía Juan Carlos.
–¿Qué es lo que más le ha sorprendido tras la muerte de su autor y amigo?
–Lo que más me sorprende es que me he llevado 20 años junto a él escuchando siempre: Juan, esto no porque la gente va a pensar esto y nos viene mal; Juan no vayas a decir lo otro porque esto nos puede repercutir…siempre era cuidado, cuidado. Y él siempre se comportó como era él. Y todo lo que ha pasado después de su muerte, me ha demostrado que cuando tú eres como eres, caes bien, porque eres de verdad. Juan Carlos es lo que es hoy porque durante su vida se ha comportado como pensaba y no como la gente quería que se comportase. A mí lo que me da pena que no haya visto esto, que su vida se acaba con la caña que le han dado. Me hubiera encantado que Juan Carlos hubiera visto cómo la gente ha dicho ole tú y tu forma de vivir.