Manuel Flor Pidre sólo tiene 17 años. Y con sus palabras demuestra que la edad muchas veces no es más que una etiqueta. Se estrena este año en adultos “como la mayoría de mis compañeros”, con la comparsa ‘Los niños sin nombre’. “Queremos ser siempre la comparsa de la cantera, aunque tengamos 40 años. Porque son nuestras raíces, de ahí venimos”.
Los chicos abandonaban el Teatro Falla ovacionados por una afición que le esperaba en la misma puerta para pedirles una última copla. “Esperábamos un público frío, pero tras el telón notábamos que se había caldeado. Estamos muy orgullosos de los dos pasodobles que hemos cantado, de las letras, y quien nos ha escuchado ha sentido lo mismo”.
Reconoce que había “nervios y dudas”, pero desaparecían nada más entonar las primeras notas de una presentación sublime. “Ya nuestras expectativas están superadas. Hemos disfrutado esta noche y el sábado escucharemos el fallo con la ilusión. Ya si pasamos, me tiro por los bloques”.
El miedo es que los ‘grandes’ empiecen a pescar en este caladero y deshagan el grupo. “La suerte es que nos une la amistad, aunque imagino que muchos grupos que se rompieron también empezaron así. Llevamos cuatro Carnavales juntos, salimos los viernes y somos una pandilla de amigos”. Pues que el Carnaval no rompa esa amistad.