Valoración: MALA
El nuevo coro de Longobardo y Ariza, farolillos rojos en el último concurso. La unión hace la fuerza y así llega esta fusión (nuclear). Coinciden con el Barrio, y traen este genio, el culpable del ingenio que tiene Cádiz ‘pa’ regalar. Tremendo el final. Es una lotería cuando escalan el pentagrama y despegan las voces. Despegadas absolutamente.
“No respetan mi descanso”, cantan en su primera letra. Pues mal. Hay que respetar los caminos que cada uno escoge en su vida. Y sus consecuencias. “Pídeme lo que quieras, que tus deseos son órdenes para mí”. El tango podría estar mejor si se cantara de otra forma. De mejor forma. Arrancan con la celebración del Día de la Constitución el segundo tango. “Después de 40 años, ¿dónde está el progreso?” Buenísima pregunta que sigue sin respuesta y aquí estamos, esperando. Palo final a los Borbones, que confiamos no llegará a sus oídos por motivos de seguridad en Zarzuela.
Cupleses de otra época, por suerte superada con la Transición, y desafinación hasta en el estribillo, que suele ser la frase más repetida en el repertorio. Pues ahí no hay suerte en la tómbola, que parece trucada. No hay premios, señores.
El tipo merece un capítulo aparte. Necesita la aguja (de oro o de cartón) para coser los remiendos porque ya se asoma el genio entre los pantalones (hay que tener cuidado con los detalles que pueden destrozar hasta la mayor obra de arte). Probablemente les habrá fallado el ‘atelier’ a última hora y hayan recurrido a la tienda de la esquina.
El popurrí les viene largo. Es comprensible porque en un coro de este tipo es incómodo ensayarlo para cantarlo sólo una vez. Tiran de orgullo, tiran de fuerza, tiran de afición, tiran de pasión, pero no tiran bien ni los papelillos. Les perjudica que cierren sesión y apenas haya público, que nadie entiende por qué se han marchado estos ‘falsos’ aficionados. La magia de las preliminares.
Aquí la ficha del coro Tres deseos