Valoración: REGULERA
Suenan los acordes de ‘El marqués de Cádiz’. Curiosa chirigota que sorprende con la presentación. El grupo canta mejor que al menos 15 comparsas que ya han desfilado por el Gran Teatro Falla. Y la idea resulta simpática. Estos ‘bienhablados’ traducen los improperios comunes, insultos y expresiones por aquí irreproducibles, por otros mucho más cultos pero que vienen a decir lo mismo. Estilo yuyesco, surrealista, similar también al que defiende su paisano Bizcocho (de San José de la Rinconada). Y es que lo que hacemos en vida, repercute en la eternidad… o pasado mañana
En cambio, recurren al clasicismo en el pasodoble, de estructura sencilla y con pocos matices. Aquí quedan al descubierto algunas carencias en la interpretación, pues al grupo le falta gusto. Obligado pasodoble al acento andaluz, “mi acento es mi bandera”. El segundo, un canto feminista, en el que se ponen al frente en la batalla por la igualdad. “Comportarnos como hombres, porque su lucha es la nuestra”. Mejor en lo escrito que en lo musical.
Buscan un efecto no conseguido en los cuplés, mejores en su desarrollo que en la culminación. A la Chabelita y a lo refinado que quedará Cádiz, que incluso la Petróleo será gasolina. ‘A buen entendedor pocas palabras bastan’. Genial estribillo, de esquina cañera. Lo pasarán bien en la calle (disculpas).
Popurrí simpaticote. Humor sevillano (es el que cultivan canijo, Bizcocho, los Daddys…), con varios golpes jugando con la música y cambiando el final. Y es que el popurrí es por costumbre la pieza menos gaditana de un repertorio de Carnaval. Hay cuartetas buenas, algunas con mucha maldad, y otras que por desgracia se ven venir de lejos. Hay que pulir esos detalles, propios de la inexperiencia. Excelente idea que podría haberse desarrollado muchísimo mejor, pero al menos se tiene. Muchas buenas chirigotas de ahora empezaron dando pasos erráticos.
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