COAC 2020

Pase de preliminares COAC 2020 de Al sonar las doce. Rivero convierte el Falla en Broadway

El coro mixto llevó al máximo el espectáculo vocal y visual

Por  22:55 h.

Valoración: BUENA 

 

 

Una de las grandes dudas con el coro de Luis Rivero es cómo van a aparecer en escena. El misterio se resolvió tras unos segundos de confusión. Van de  seres de la noche.. Inicio con la orquesta en uno de los laterales del escenario, con las voces entrando por el contrario. Llegan las doce, “Cádiz duerme y despierto yo”. Música de ‘Thriller’ con el coro de pie y moviéndose por el escenario, con coreografía incluida. Van en busca de “unas almas para romper mi maldición”.  Tras cantar, tienen que montar las sillas. Es una valoración difícil la de esta agrupación. Como espectáculo musical es un diez absoluto, con una puesta en escena incomensurable y unos juegos de voces que justificarían soltar unos generosos euros en cualquier teatro de renombre. Pero se echa en falta un toque más carnavalero, un soniquete más gaditano como el que pueden tener los coros de Pardo o Nandi.

 

Empieza a sonar la tanda de tangos, con una falseta que parece sacada, en las primeras notas a una película de terror. Las cuerdas se pellizcan y eso da lugar a una melodía clásica que imprime el toque carnavalero al grupo . El primero, precisamente, a la magia del Carnaval, “por los que se fueron y los que habrán llegado” “Aquí te entrego mi canto para pregonar cantando te quiero, te quiero, te quiero”. Contundente en la ejecución auqneu la temática permite poco lucimiento en la letra. El segundo, a Chari Delgado, “hija d copleros, madre de viñeros que juegan con la octavilla”. “Porque una mujer más carnavalera no hay no hay, porque aunque nunca te cantase, con ella se fue una parte de Cai, de Cai, de Cai”. Muy sentida la segunda letra que le dedican a la madre de Carli Brihuega en este COAC.

 

En los cuplés,  este coro suele lucirse. Y ese año lo hacen al ritmo inciai de la familia ‘Adams’, chasquido incluido que, como los tangos, pronto toma aire de plaza. El primero, al carril bici, se han puesto todos los gaditanos en forma “todo el mundo más delgado menos mi Kichi que cada día está más gordito” El segundo a lo que adelgazan los políticos tras asumir el cargo, menos el Kichi que todos los tipos le quedan chicos. Está así porque “se ha comido unas cuantas plazas de aparcamiento”. El estribillo es una progresión hasta llegar al hechizo que se cumple a las doce.

 

El popurrí. las voces se imponen a la música, con los componentes situados delante de la orquesta. “Al sonar las doce, la calle es mi casa”. Se intercambian las mujeres y los hombres al frente del escenario. Con lucimientos vocales, van contando las peripecias nocturnas de estos seres de la noche. Hay un momento en que, al son de “Fly me to the moon’ cinco hombres lobos cuentan cómo les influye la luna. Sigue la bella coreografía sobre el escenario y los juegos a varios voces que, a buen seguro, habrán requerido horas y horas de ensayos, pero que no suena nada carnavalero. No falta ni el número visual de luces para deleite del público. Al final sí se despiden con aires más carnavaleros, que llegan “cuando acaba mi locura, cuando Cádiz despierta”.

 

Puedes ver aquí la ficha de AL SONAR LAS DOCE

 

FOTOS: Coro ‘Al sonar las doce’ en el COAC 2020