CARNAVAL 2017

Máscaras llegadas de Londres para dar vida al ojo de Los Majaras

Las caretas están personalizadas e incorporan el 'smartphone' con la aplicación del globo ocular en movimiento

Por  19:27 h.
 Máscaras llegadas de Londres para dar vida al ojo de Los Majaras

Un tipo de impacto, un disfraz estremecedor. Para algunos, original y fresco para nutrir el Carnaval de Cádiz. Para otros, un despropósito, un experimento fallido. No existe aficionado que no haya expresado su opinión acerca de la indumentaria con la que llegaron al Falla los Majaras de El Puerto para presentar su comparsa ‘El ojo de Cai’.

Representan a un cíclope, ese ser mitológico con un solo ojo que enlazan con la luz de emite el Castillo de San Sebastián. Al margen del simbolismo, la puesta en escena desconcertó especialmente por la máscara, con ese globo ocular moviéndose constantemente.

¿Cómo se gestó la idea? En esta ocasión parte de la imaginación del letrista Luis Galán, respaldado por el músico Vicente Esquerdo, que quería dar una vuelta de tuerca a la tradicional comparsa de Los Majaras y romper el registro de los últimos años, donde se había tirado de tradición como en el caso de ‘Donde candela hubo’. Galán quería adaptarse al nuevo siglo con algo original y vanguardista, condición para regresar después de tantos años alejado de la fiesta aunque con colaboraciones esporádicas.

La principal curiosidad es que las máscaras provienen de Londres, debido a que no encontraron ningunas similares en España. Están recortadas y personalidad para cada miembro de la agrupación e incorporan el smartphone (teléfono móvil) de los intérpretes, donde está descargada la aplicación con el bucle de un ojo que se mueve con una frecuencia de alrededor de cinco segundos. Los comparsistas quedan prácticamente ciegos, porque apenas perciben luces y movimiento, y eso les dificultó la interpretación y les produjo malas sensaciones.

Más o menos conseguido, lo indiscutible es que se ha convertido en el tipo más polémico de este Carnaval de Cádiz, aquel del que todo el mundo habla. Valentía o temeridad, eso lo decidirá cada aficionado.