Antonio Martínez Ares ha recuperado la ilusión por la creación de sus comparsas, por la composición de sus obras. De ahí que experimente e intente explorar con sus músicas algunos de esos espacios extraños, no frecuentados. Se centra en ello porque le dedica la mayor parte de su talento. La idea, la presentación, la partitura, la literatura, la afinación. Suele departir con interés sobre su idea y su manera de hacer Carnaval.
Cuando le toca analizar el entramado del Concurso, esa cadencia es mucho más abrupta, con respuestas cortas y silencios que dicen más que las palabras. Anda desencantado y no es un secreto, fue una batalla de la que salió herido y considera que ahora no le corresponde librarla. Su filosofía se resume en esta frase: ‘Tú dime la hora y el sitio donde tengo que cantar y allí estaré”.
-Cambio de fechas. Un Carnaval en junio. ¿Ha trastocado los planes de ‘La ciudad invisible’ la decisión del Ayuntamiento de Cádiz?
-Bueno, me adaptaré. Tendremos que hablarlo en el seno del grupo. Pero imagino que por lo que estoy escuchando a la gente, vamos a participar. Si todo va bien, sería muy feo no hacerlo, ¿no?
-La sensación es que especialmente han sido los grupos que participan en el Concurso del Falla los que han asumido este nuevo Carnaval en las fechas no habituales
-Lo asumimos todo desde Cádiz. Cádiz es Cádiz, es así. Hemos asumido todo. El Patronato no lo queríamos pero lo asumimos. Cualquier cosa. Para mí no es excusa pues sabíamos que lo que dijera el Ayuntamiento es lo que habría que acatar. Forma parte de nuestro ADN. Somos muy sumisos.
-Pero ¿no es un poco contradictorio pensar así? ¿El Carnaval no es precisamente lo contrario?
-El Carnaval de la calle puede que sí, pero el Concurso es todo lo contrario. Se creó para controlar a la gente.
-Se ha mirado más por el Concurso que por la calle, ¿no es así?
-Si ha sido sólo por el Concurso, tengo mis dudas, porque no sé bien a quién beneficia. Me chirría también que coincida el segundo Domingo de Carnaval con el Corpus Christi, y lo dice alguien que no es sospechoso de ser muy religioso. Hubiera adelantado una semana el Carnaval.
-¿Cómo cree que será el COAC de 2022?
-Muy de Cádiz. Porque abarca tres meses y eso va a ser complicado para muchas agrupaciones de fuera
-¿Se ha atendido a todas las partes que hacen Carnaval?
-Han tenido algunas reuniones, foros, pero al parecen en algunas no ha habido quórum. Es una decisión política. Yo ya dije que no me metería en esto, que no compensa. Que me digan la hora y el sitio en el que tengo que cantar y allí estaré.
-El principal argumento: se prioriza la salud a la tradición.
-La salud antes que cualquier cosa. Es jodido lo pongas como lo pongas. En enero puede haber más picos de contagios… pero será cuando esté la gente ensayando. Y Luego viene la Semana Santa, las ferias de Sevilla y otros pueblos, el Rocío, lo que aumentará los contactos entre la gente, y eso no tiene sentido. Pero asumir es muy gaditano.
-¿Cómo se prepara uno mentalmente para hacer una comparsa que termina en junio y luego componer otra para el febrero siguiente?
-Es una faena gorda. Vamos a tener menos tiempos para el siguiente Carnaval. Va a ser duro. Pero es que yo ya llevo tiempo diciendo que el COAC debió tener un paro biológico de tres años al menos y no por la pandemia.
-Pues ha habido un año y apenas ha cambiado nada.
-Ni va a cambiar. No hay interés.
-A nivel económico, la época de marzo a junio es la mejor para las agrupaciones más potentes como la suya, que suele encadenar actuaciones, galas, festivales, otros carnavales…
-Sí, es temporada alta. También es una faena para el turismo gaditano, que se va a concentrar en dos meses y por tanto la hostelería va a perder esa oportunidad de febrero
-¿Es un golpe para autores e intérpretes?
-Es un bocado económico. Hay gente que sobrevive (no digo vive) con esto. Duele muchísimo, claro que sí. Hay un componente de negocio en estas decisiones. El Concurso es el que alimenta la caja recaudatoria del Ayuntamiento por lo que no puede renunciar a él; y el Carnaval es la caja de la ciudad. No cuentan con el sentimiento de lo tradicional.
-¿Cree que la gente se echará a la calle durante la semana de Carnaval en febrero?
-Ni idea. Desaprensivos hay en todos lados, gente a las que les da igual todo.
-¿Cómo va la elaboración de su nueva comparsa ‘La ciudad invisible’?
-Todavía no hemos empezado nada. Nos queda sentarnos y hablar. Pero estamos obligados a ir, no nos queda otra.
Además, más gaditano no va a poder ser este Concurso.
-Dice que se siente obligado a ir pero usted ya se asuntó durante trece años
-Pero las circunstancias son muy diferentes, no tienen nada que ver. Por aquel entonces no tenía ilusión, ni ganas. Tenía claro que me iba. Ahora es que las condiciones se han puesto más difíciles. Hacer un Concurso en abril, terminar en junio y empezar en septiembre es una locura. Pero estamos obligados a ir. Si nada más informar de las nuevas fechas ya estaban otros compañeros anunciando su nombre… tenemos que ir.
-Han sido cinco carnavales donde ha destacado la estabilidad pero este año se despiden Nico y sobre todo el director Rafita Velázquez.
-El director de ‘Los cobardes’ y ‘La eternidad’ era yo, lo que pasa que lo hicisteis costumbre y ya lo cambiamos en la ficha. Lo echaremos de menos pero entendemos que tiene su vida y su familia, que está agotado.
-Ha entrado Arturito por Nico.
-Bueno, ha entrado por Rafita. Nico dijo que se iba, pero también Vila (Faly) y al final se quedó. Vamos a esperar un poco.
-¿Es posible que salga usted como intérprete el próximo Carnaval?
-Qué va. ¿Salir? Yo ya estoy para otra cosa-