Pese a todos los años de Carnaval que arrastra a sus espaldas, Manolo Camacho acaba de disfrutar una nueva experiencia en su vida. Ha sido presidente del Jurado oficial del COAC 2020, que traducido resulta el que se lleva todos los palos de los frustrados. Se encuentra en perfectas condiciones de analizar un Concurso que se ha tragado desde que se alzara el telón el 20 de enero hasta que terminaron con los churros el pasado sábado, un mes y poco después. Camacho, acostumbrado al micrófono y su profesión, no suele refugiarse en el silencio. Aunque más que grandes titulares, deja grandes reflexiones sobre el papel de los jueces y el certamen de este año. Algunas veces habrá que aprender ante tanto opinar.
-¿Cómo ha ido la experiencia?
-Bien. Una experiencia muy positiva. Después de muchos años como aficionado, componente y trabajando en los medios, me quedaba por vivirlo desde este punto de vista. Es un ejercicio sano, interesante, y se lo recomendaría a carnavaleros y autores que aún creen en las sectas y las teorías conspiratorias. Seguramente les cambiaría la perspectiva.
-¿A usted también le ha servido para comprender la labor del Jurado?
-Yo siempre he sido muy respetuosos con sus decisiones, y me he llevado todos los premios y me he quedado fuera de la Final. Invito a quien quiera a que busque declaraciones mías quejándome de un veredicto. He sido muy respetuoso. A mí me ha servido sobre todo para conocer de primera mano un reglamento que más que malo o bueno presenta muchas lagunas.
“Hay mucho desconocimiento del reglamento, y estaría bien que para opinar se miraran antes las normas”
-Porque casi nadie se sabe las normas.
-Hay mucho desconocimiento con respeto al reglamento y al Jurado. Por ejemplo, el presidente no tiene voto, ni siquiera en caso de duda, como alguno ha dicho. Y muchas opiniones que se vierten se hacen sin conocimiento. Tiene más delito que el que participa no se conozca la ley, pero el Concurso ha trascendido tanto que ahora la afirmación de cualquier aficionado puede tener relevancia, y no está de más que mire el reglamento. Eso sí, la inmensa mayoría de autores/directores se lo leen y me han llamado muchas veces para consultarme cuando han querido aportar cosas nuevas.
-¿Repetiría experiencia?
-Me gustaría aunque no creo que pueda porque quiero volver a la radio. Como vocal quizás no. Y no porque sea más fácil ser presidente. Mi labor, aunque no puntúe, es que todo fluya bien, dentro de la normalidad En ocasiones claro que me he quedado con ganas de puntuar, pero hay que ser respetuoso.
-¿Está de acuerdo con el fallo del Jurado? ¿Son sus premios?
-Lo acepto como cualquier fallo y lo hago mío. Seguramente mis gustos serían diferentes, o puede que no, pero eso es irrelevante. Lo que ha salido ha sido de manera mayoritaria, que no unánime. Esto es la democracia y la norma. Me guste o no es irrelevante. Tengo que aceptarlo porque no ha habido mala fe.
“No he recibido presiones de ningún tipo; me hubiera encantado para poder desmantelarlas, pero no ha habido ni una llamada”
-¿Ha recibido presiones?
-Absolutamente no. Ninguna. Ni presiones internas ni externas, tanto que se habla de ellas. Y me encantaría decir que me ha pasado y ayudar a desmantelarlo, tirar de la manta. ‘Se confirman todas las teorías’. Pero ni llamadas, ni mensajes, ni componentes que me hayan parado. Sólo consultas y hasta felicitaciones. Tengo amigos que participan y cuando me nombraron ya me dijeron que no hablarían conmigo hasta el Domingo de Ramos, para no influir. Por su parte todos han sido respetuosos. El problema está en un sector de la afición que les va la vida en ello más que a determinados autores.
“Componentes y autores han dado una lección a muchos aficionados a los que les va la vida en esto”
-Las críticas han llegado por redes sociales.
-Sí, pero ya sabemos como son. Luego miras su perfil y son de la conchinchina, que lo único que han visto de Carnaval es la función del colegio de su niño. Este Carnaval, componentes y autores han dado una lección a muchos aficionados.
-El mismo día de la Final le preguntaron si quería público o no en el fallo del Jurado.
-Así es. Y en ningún apartado del reglamento dice que lo tiene que decidir el presidente. Es cuestión del Patronato. A mí no me importa, y se lo dije de esa manera.
-Da la sensación de que eso se decide en función de si el veredicto va a ser polémico o no. Y eso no es serio.
-Claro. Eso se tiene que establecer desde el principio, que venga en la norma. El público se eliminó un año en el que se lió una bronca gorda. Pero se supone que vamos evolucionando y la gente es más civilizada. Yo sabía porque he visto todo el Concurso que a algunos no les iba a gustar, sobre todo en chirigotas.
-Y después de la pitada ¿sigue teniendo esa opinión?
-Siempre que no se traspasen las normas cívicas, un abucheo o una pitada en el Teatro me parece lógico y sano. Y lo digo yo, que he sido el que he recibido los pitos.
“Modificaría el reglamento para dejarlo mucho más claro; es ambiguo y se tiene que parchear”
-Después de su paso por el Jurado, ¿qué mejoraría?
-Modificaría el reglamento para dejarlo mucho más claro. Es demasiado ambiguo, y no me gusta que se tenga que ir parcheando.
-Aquí chocan dos conceptos. Es un Concurso, con sus normas, pero de Carnaval, que huye de ellas.
-Pues entonces hagamos todos un ejercicio en el que aceptemos que todo vale. No puede ser que valga lo mío y luego denuncie lo del compañero.
-Los vocales puntúan pero luego hay que deliberar para llegar a un entendimiento.
-Es lo que pone la norma. Los puntos están bien como referencia y como guía, pero al final es cuestión de sensaciones. Los números son fríos y no siempre transmiten lo que quiere el vocal. Por eso este sistema es menos malo. Y el debate está permitido y es necesario. Si cada persona puntuaría de forma ajena y sin deliberación, nos encontraríamos muchas sorpresas.
-¿Influye la prensa, los jurados paralelos?
-No creo. En nuestro palco se ha hablado poco o nada de eso. No sé si habéis acertado, mejor dicho coincidido, mucho o poco.
“Más allá de los gustos, yo ante todo soy honesto con el Concurso, con las agrupaciones y conmigo”
-Nada más conocerse su nombramiento, salieron los listos de siempre. Ya se sabía que iba a ganar el coro de Julio Pardo, del que fue componente…
-Y que el de Rivero no pasaría a la final. Al margen de que el presidente no vota, es que nadie puede saber a quién voy a darle más puntos. Suele ser gente que no te conoce quienes ponen en tela de juicio mi honestidad. Yo ante todo soy honesto con el Concurso, conmigo, agrupaciones…
-El Jurado, como suele ocurrir, no ha dejado contento a todos.
-Si algo destaca el fallo es que el Jurado, acertada o equivocadamente, no se ha dejado llevar por el aplausómetro. He leído que debería ser el premio por votación popular. ¡No, por favor! Entonces ganarán las agrupaciones con más seguidores, sea mejor o peor. Si fuera como Gran Hermano u Operación Triunfo, pueden votar aquellos que sólo han visto una actuación, y al no haber escuchado les falta la referencia de todo el Concurso. Luego sería importante el lugar de origen. Si en Mérida se ponen a votar a su única agrupación, o en Ayamonte, podríamos tener una Final con sus dos coros, por poner un ejemplo. Dos Hermanas tiene más población que Cádiz. Yo lo seguiría dejando en manos del Jurado.
-Salvo comentarios infundados, esta vez no ha habido filtraciones.
-En eso estoy muy orgulloso. Repetí en las reuniones previas y durante el concurso que teníamos que ser herméticos y hasta el momento creo que así ha sido. Los comentarios que me han llegado eran tiros al aire: digo algo que me ha dicho un primo de un cuñado de un vecino de un vocal, y si acierto pues te dice: te lo dije y si falla (que es lo habitual) con decir es lo que me dijeron está todo arreglado.
-¿Le gustaría que en la final todo fuera inédito?
-Yo he mamado eso desde chico y lo tengo grabado. Uno descansaba cuando ya había traído los ocho pasodobles y los ocho cuplés. Y con la creatividad que hay ahora, con lo bien que se escribe, hay que exigir que todo sea nuevo. Yo pienso en el aficionado que se ha tragado todo el Concurso. Y prefiero un chiste nuevo, aunque sea peor, que otro repetido. Por lo demás, creo que el COAC está bien. Es algo muy grande que tenemos los gaditanos que gusta mucho fuera de aquí, y no podemos renegar de eso.