Comparsas Los carnívales en la Final del COAC 2019.
Comparsas Los carnívales en la Final del COAC 2019.

COAC 2019

Los carnívales en la final del COAC 2019

Los carnívales en la final del COAC 2019

Por  5:57 h.

ACTUACIÓN DE LA COMPARSA LOS CARNÍVALES EN LA FINAL DEL COAC

 

El niño de Santa María siempre está en movimiento. ¿Quién se acuerda de ‘Los Cobardes’? Parece que pasó dos décadas de aquello. Ese es el secreto de Antonio Martínez Ares. Su obra es una ebullición constante, una búsqueda innata por diferenciarse de lo anterior. Es curioso como para lograrlo esta vez, el autor optó por parecerse a lo que fue. Encontró en el pasado la receta para enterrar al perro y lo consiguió. El año pasado mordía y este año hace sangre. Su comparsa perdió el aire reivindicativo y social del anterior curso, pero no ha perdido ni un ápice de voracidad.

 

Este año el autor es voraz con las coplas, la serpentina y el Carnaval. Pero se trata de una voracidad templada, que gusta, en la que la afición al Carnaval se ve reflejada. Ares llegó para regalar su obra más clásica que se le recuerda desde su regreso, con un pasodoble que te lleva a los noventa y un popurrí que musicalmente recuerda que, a pesar de esa vuelta al pasado, el autor nunca deja de lado la vanguardia. Aunque parece que su mejor versión llegó en cuartos, en semifinales también dejó pasodobles de envergadura. Su talón de Aquiles, los cuplés. En la Final, desde luego, la tanda de cuplés no pasó desapercibida. Eran las 5.17 de la mañana. El público dormía y un ciclón se colaba por el patio de butacas. Era la comparsa de Antonio Martínez Ares y había despertado al personal con una presentación maravillosa.

 

En el primer pasodoble relataba la historia de una pareja de ancianos encerrados en su casa, cansados del matrimonio y de la vida. Solo la llegada de los nietos les rescata de la rutina. Ares está especialmente sensible este año con nuestros mayores y volvía a dejar sus letras al servicio de otra historia muy común en los hogares de muchas familias. Buena letra. De nuevo la sensibilidad para acercar y narrar la rutina más cercana.

 

El segundo, como se encargaba de anunciar Rafa Velázquez, era una copla de Cádiz para Cádiz. El enésimo piropo del poeta a la Tacita llevando su literatura hasta el límite para dedicarle a la ciudad otro regalo majestuoso. Cádiz, “qué maldita maravilla”.

 

El primer cuple a las intolerancias que hay en su bloque de pisos. En el segundo llegó el momento de la actuación. Era una respuesta a un cuplé de Aragón con la Gaditaníssima. Toquetazo grande al autor gaditano. De tanto fumar lo mismo que Juan Carlos, ahora a Ares la música se le repite y se le repite. Se oyó el murmullo en el Teatro. Juan Carlos le sacaba ventaja en los cuplés, y resulta que Ares trae su mejor cuplé gracias a Juan Carlos. Las cosas de la vida. El popurrí es otra maravilla musical y literaria. El pase ha estado a la altura de lo ofrecido durante un Concurso en el que el poeta ha mantenido la regularidad casi en todos los pases. Queda solo una comparsa por entrar, y Ares ha mantenido el ritmo y ha mejorado en el cuplé. Se pone la cosa interesante.

 

FOTOS: comparsa LOS CARNÍVALES