La puta batea y la señora carroza

Tiro de gracia

Por  12:01 h.

Si  el Quini o Cañamaque levantasen la cabeza y viesen un carrusel de coros se morirían al ver la pobre imagen de las «carrozas». Si, carrozas, y no bateas forradas de anuncios por los cuatro costados. Los coros de antes iban en una señora carroza adornada de forma alegórica al tipo del coro. Que se va de moro: la carroza es una jaima. Que se va de marciano: la carroza es un platillo volante. Hoy lo más fácil es cantar sobre cuatro chapas rodantes y que le den morcillas a la estampa del coro.
Y no queda ahí la cosa, los coristas generarán gran cantidad de residuos (botellas, envoltorios de bocatas, restos de comida, etc) y que, una vez terminado el carrusel, limpiarán escoba en mano arrojando las basuras sobre las mismas calles que los coristas piropean, algo que sería impensable hace algunas décadas. Lo cierto es que cuando uno ve las fotos de aquellas antiguas carrozas, decoradas por los propios coristas que disponían de muchos menos medios económicos y técnicos que los actuales, llega a la conclusión que la carroza de antaño era una señora a la que se le respetaba y se la mimaba, y que la actual batea es como la puta de la de todos se sirven para pasar el rato, sin ningún aprecio por ella ni por la imagen y la reputación que pueda ofrecer a paisanos y forasteros. Mira tu por donde, a veces, tiempos pasados si fueron mejores.