Adela del Moral

Carnaval de Cádiz

«La mujer tiene que escribir y ser autora; tiene que alzar la voz»

Adela del Moral, precursora del coro mixto, reafirma la progresión que la mujer ha tenido en el Carnaval desde principios de los años ochenta

Por  8:00 h.

Una mujer que ha sido clave en la historia del Carnaval es sin duda alguna Adela del Moral. La pionera del coro mixto de Cádiz ha marcado un antes y un después en el Concurso de Agrupaciones desde que en el año 1981 fuese una de las primeras mujeres en pisar el Falla con motivo del certamen. Adela venció su timidez, llegó y triunfó en el Carnaval. « Hice un tango a escondidas y ese tango lo íbamos a sacar como agrupación de calle. Entonces a un componente le llamó la atención. Manuel de Palacio y otros coristas afamados lo escucharon y Palacio le comentó a Luis (Frade) y unos cuantos que ese tango debería ir al Falla. Ahí empieza todo porque gracias a ese tango y esas personas que se fijaron en él además de Luis y otros nos inscribieron en el teatro empieza esa participación que duró muchos años y que tanto nos dio».

 

Adela recuerda que fueron entonces muy osados. «No teníamos bandurria, yo no sabía afinarla… la verdad es que fuimos muy echados para adelante o unos inconscientes no lo sé… Empezó de forma espontánea. Pienso que todo el mundo que hace una historia de algo tiene un principio así».

 

La ilusión que derrochaba este coro podía con todos los contratiempos que surgían. Porque esos inicios no fueron precisamente fáciles. La incorporación de las mujeres se veía en un principio como algo anecdótico y simpático. Pero cuando el coro de las Niñas se convirtió en seria competencia ya la perspectiva cambiaba. En 1986 logran el primer premio con ‘La Viudita Naviera’, un coro con un estribillo con mensaje claro y directo: «¿Esto es un coro o esto qué es?. A la una, a las dos y a las tres. Aquí canta el hombre, también la mujer, y a quien no le guste lo siento por él». La chirigota de Los Cubatas se había quedado fuera de la gran Final y eso había provocado cierta tensión entre un público que no asumió tampoco que un coro mixto, de mujeres, ganara a otros de hombres que además ya eran relevantes en el Carnaval. «Al principio al coro de mujeres no le daban valor pero ese año conseguimos un coro muy completo y ese año, aprovechando que Los Cubatas no pasaron, compañeros de otros coros se portaron mal no solo con nosotros sino con todos. Sí es verdad que nos hicieron pasar un Carnaval muy amargo y especialmente a las mujeres. Con el tiempo, gente que estuvo allí en el Falla pues se ha disculpado y bueno queda ahí en ese recuerdo. La sociedad pensaba entonces de otra manera. Es una anécdota pero sí refleja un poco las situaciones que tuvimos que vivir como todo lo que es nuevo… Recuerdo llegar al colegio y la gente preguntarte ¿pero tú en tu casa cuando haces la comida? Eran otros tiempos».

 

 

Adela siempre se sintió apoyada y reconocida por sus compañeros del coro. Formaban una gran familia porque eran ante todo amigos. Y ninguno cuestionó su talento ni su liderazgo. «Te puedo asegurar que el respeto era máximo entre todos nosotros. La mayoría eran matrimonios y para mi desde luego siempre he sentido ese respeto y hasta admiración. Recuerdo que hasta un día me cargué una guitarra y entre todos me compraron otra… Yo tampoco tuve actitudes tiranas ni de superioridad y siempre teníamos la idea de que era un grupo. Lo recuerdo muy bien y les doy las gracias a todos por su cariño y admiración así como por su apoyo siempre en todo»

 

Frente a las discrepancias y las barreras que tuvo que superar este coro mixto se encuentra la situación actual. «Ahora la mujer está muy presente en el Falla. Lo ves en las letras del Teatro a la mujer que se centran en la igualdad o se le escribe al maltratador. El Carnaval siempre ha sido un reflejo de la sociedad y ahora se refleja lo que hay. Pero hay que dar pasos hacia adelante como se dan en todos los sectores de la sociedad y nunca retroceder». Cuando se cumplen cuarenta años de ese coro de las Niñas, Adela reafirma esa evolución de la mujer en el Carnaval y en el propio concurso aunque aún considera que hay que ir más allá. «Lo que sí noto es que la mujer tiene que escribir y tiene que ser autora. Estamos deseando que vengan nuevos autores. Necesitamos sabia nueva. En juveniles ya hay algunas autoras que llevan varios años. Creo que deben alzar la voz, que lleguen los mensajes a la sociedad y que las mujeres escriban letras y compongan en el Carnaval. La gente de ahora como digo tiene otra mentalidad y vamos avanzando. El Carnaval va a ser más igualitario y para esto nos podemos basar en la cantera y ver cómo las mujeres están presentes. El pase a adultos es más difícil pero yo les animo para que se pongan a escribir. A mí me dio la oportunidad la vida y si no llega a ser por eso, si no hubiera tenido esa oportunidad, no sé si la habría tenido en otro campo. Estas oportunidades… cuando pasa el tren hay que cogerlo».

 

 

Adela, maestra en Educación Musical, abrió el camino hacia un Carnaval más igualitario. Emprendió un recorrido que no era fácil e impartió sus mejores lecciones año tras año en el escenario y sobre la batea. Pero sobre todo ella se muestra agradecida. «El Carnaval me ha formado en muchas cosas. Me hizo vencer la timidez. Me sentí muy bien y sobre todo hizo posible desarrollar un aspecto, una faceta mía que no la hubiera desarrollado nunca. El Carnaval me dio la oportunidad y por eso le debo mucho».