CARNAVAL 2011

La lluvia se alía con Doña Cuaresma

El mal tiempo desluce el último día de Carnaval y lleva a los coros a retirarse antes de tiempo del Carrusel final de la fiesta

Por  7:45 h.
La lluvia se alía con Doña Cuaresma

O el Alemania y su coro tienen razón o es que Doña Cuaresma se hartó de Don Carnal. El caso es que ayer la lluvia aguó el último día de Carnaval y le puso a huevo la gracia al coro del Alemania, 5 de marzo: «Esto es Cádiz y aquí hay humedad». Humedad caída del cielo y con la mayor ‘guasa’ e intermitencia posible.

El primer susto llegó a las dos de la tarde. A la hora programada para el comienzo simultáneo de los Carruseles de Coros de Plocia a Catedral, de la plaza Mina a San Juan de Dios y del Mercado Central a Palillero, las primeras gotas comenzaban a caer. Miradas al cielo encapotado, paraguas en la acera y plásticos en las bateas. Los miembros de El Asedio (coro encargado de inaugurar el camino a la Catedral) incluso llegaron a bajarse de su batea a esperar a ver que pasaba. La lluvia no fue a mayores y la tarde recién comenzada dará otra tregua.

Pero tampoco durará mucho. Una hora después la lluvia hace honor al líquido elemento y agua el tímido intento de ambiente que se estaba formando en los alrededores de la Plaza de Abastos. A los coros 5 de marzo, El triángulo o Café Teatro Alameda no les queda otra que recurrir al público y al paraguas. Abajo la cosa «está flojita» al menos para lo que la semana tenía acostumbrada a Teresa Cerquero de la tienda de alimentación Hay pan. «El fin de semana pasado estuvo estupendo pero hoy está vacío», tercia Cerquero y ataja un motivo: «Será cosa del tiempo y la crisis».

Y es que ayer, la calma del Domingo de Piñata y la lluvia se aliaron para configurar un ambiente despoblado al que contribuyó la marcha de muchas bateas ante un tiempo que se complicaba aún más en torno a las 17 horas. El nuevo chaparrón borró los tangos y dio paso a una nueva modalidad de día. Las ilegales toman el mando y el público pasa a estar entre disperso y concentrado en bullas, dependiendo de la zona.

Los alrededores del Bar El Cañón se empeñaron en llevarle la contraria a un día desangelado y gris. Los niños cantores de Viena o de Manolete o el coro La madrugá (con batea incluida y más tarde de la hora a en la que los Carruseles se daban por acabados) fueron algunas de las agrupaciones vistas y oídas por el lugar. En el resto del centro, las chirigotas animaban esquinas y formaban pequeños tumultos a su alrededor.

Por la tarde, se consolidaba el público con ganas de escuchar la última copla del Carnaval. Un auditorio como el que traía Nuria Sánchez con amigos de Jerez y Madrid. Tras salir «todos los días» de la fiesta, la jornada de ayer se imponía como despedida con especial predilección «por las ilegales». y eso que hubo dudas por salir: «Hemos esperado hasta las dos de la tarde para salir por la lluvia. Además vamos con niños y eso complica algo la cosa».

La agrupación callejera de Jesús Pérez, Los genios, era una de esas chirigotas ilegales por las que Nuria y sus amigos pujaban ayer por escuchar. Una de las que, con la caída de la tarde, cargó con buena parte del peso del Domingo de Piñata. En el día de la nostalgia y de los cálculos por averiguar cuando cae el Carnaval de 2012, Jesús se reconocía dividido: «Por una parte tengo ganas de que acabe ya el Carnaval y por otra no». Y es que con actuaciones diarias desde el pasado sábado no es de extrañar que ayer tuviera el corazón dividido.

Pero ayer era un día especial, el último, e incluso su mujer (que no suele acompañarlo, como el mismo reconocía) estuvo en con él en su recorrido por calles como Pelota, San Francisco o Nueva. En su recorrido, la tarde pasó de plomiza a negro pasando por un leve resquicio de sol en torno a las siete de la tarde. Y es que la tarde aguantó sin llover pero no abrió. Tampoco hizo falta que lo hiciera. La lluvia caída horas antes había dejado al Domingo de Piñata herido de muerte.

Incluso las esquinas con ganas de escuchar a ilegales se fueron disolviendo por momentos. El último domingo de Carnaval no llevó bien la noche. Para los más jartibles se planteaban dos opciones. Estirar el día como un chicle con la quema de la Bruja Piti, los fuegos y la noche en las Carpas Municipales. O consolarse con el mismo ánimo cinematográfico de un grupo de amigas llegadas ayer de Chiclana. Y es que Chari, Paqui, Montse, Alfonsi, Charo o Isabel lo tenían muy claro: «Siempre nos quedará el Carnaval de los Jartibles».