La lluvia respeta a los penúltimos tangos

Carrusel de la Viña

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Nunca se toma uno la última copa, siempre se dice aquello de la penúltima. Pues en el universo del Carnaval sucede algo parecido y en el mundo del tango también. Y es que el carrusel de la Viña, al que el tiempo respetó pese al cielo gris y encapotado que cubría la ciudad, le seguirá hoy el del Mentidero y mañana el de Candelaria y Mina. Es decir que el de ayer más que el penúltimo fue el antepenúltimo.
La amenaza de lluvia que se cernía sobre Cádiz y el cansancio acumulado de toda una intensa semana de coplas donde el tiempo se ha convertido en el mejor aliado, hacían presagiar una menor afluencia de gente en las inmediaciones del barrio de la Viña, que recuperaba el trono perdido en jornadas anteriores. Pero sólo había que bajar hasta el centro por los autobuses para darse cuenta que el personal sigue teniendo ganas de juerga de aquí al domingo.
El carrusel viñero estaba dividido en dos recorridos con un mismo final. Por un lado: Rosa, Corralón de los Carros, Martínez Campos, San Félix, La Palma, para culminar en la explanada junto al Instituto Fernando Quiñones. Por otro lado, Pericón de Cádiz, Cristo de la Misericordia, La Palma y conclusión en la misma explanada del ya citado centro educativo.
Adelanto
Con un adelanto notable sobre el horario inicialmente previsto por la organización, quizás por temor a las inclemencias meteorológicas,  la primera de las bateas hacía acto de presencia en la calle Rosa. Era la del coro de Juan Antonio Lamas y José Antonio Valdivia, La bien nacida, que, poco tiempo después, comenzaba a interpretar los primeros tangos. Tras ellos se divisaba a La estudiantina, el único coro juvenil que participa y gana en el Falla y que se ha integrado como uno más en estos carruseles desde el pasado domingo, a la espera algún día de dar el salto a la categoría de adultos. El personal disfrutaba de lo lindo. Mucha gente mayor entre los asistentes y pese a la bulla que rodeaba a los coros se podían escuchar los respectivos repertorios con una relativa tranquilidad. Llamaba la atención la presencia de turistas acompañados por gente de Cádiz que era la primera vez que se acercaban hasta el rincón más carnavalesco por excelencia.
Tras el coro más joven de los que van a la casa de los ladrillos coloraos, llega el momento de La musigadité, original de Paco Martínez, uno de los grupos con mayor presencia en los distintos carruseles y que no quiso faltar a su cita. Después una batea muy femenina, concretamente, la de Los tirabuzones, el coro femenino de Lucia Pardo y María del Carmen Astorga. Uno de los más aclamados era El Supercoro, que tenía la ventaja de jugar en casa, ya que tiene una legión importante de seguidores en territorio viñero. Lo mismo se puede decir de El coro del futuro, muy seguido especialmente por el público femenino que se detiene, a escuchar sus coplas se entiende. Puerto Real también se sumó a la fiesta con El Trocadero de Puerto Real, el archiconocido coro de La Villa que no  falta un año a su cita con los aficionados en el teatro y en la calle.
Desde la calle Pericón de Cádiz partía el coro isleño Killo ten Carma, al que seguía Los que mueren por la Pipa de la Paz, de la Paqui, de la Pilar… Cerraba este grupo el primer premio del concurso de agrupaciones del Falla, Cuando yo me pele, que protagonizaba el fin de fiesta pasada la madrugada en la calle de la Palma. A esa misma hora las ilegales regresaban a uno de sus espacios favoritos después de tres días.