La comparsa de Juan Carlos Aragón ‘La Gaditaníssima’ se guardaba para la noche de este martes un pasodoble especial. 20 años después de ‘Los Yesterday’, el grupo comenzaba con ritmo de esa chirigota para recordar aquella inolvidable letra de: “Ya se marcha el siglo XX a la tumba de los tiempos, y en su corazón caliente ha dejado un testamento”.
Aragón hace una reflexión de cómo ha pasado el tiempo y pocas cosas han cambiado. De “la nueva derrota que venía en camino”. Como curiosidad, el remate no es de aquel pasodoble, sino de otro del mismo año que comenzaba con “Yo sé que la gente piensa que los hippies son carotas, melenudos, sinvergüenzas y una panda de grifotas”.
Esta es la letra del segundo pasodoble de ‘La gaditaníssima’ de Juan Carlos Aragón:
Cuando en su lecho de muerte el Siglo XX se marchaba
vino a cantarle su critico adiós un hippi que no renunciaba
al mundo que el mundo dejaba
de la mano de otro Dios.
Con su manera de hablar, su libertad y su canto
quiso con el Carnaval que alguien siguiera soñando.
Ay, si hubiera sabido
aquella chirigota
de la nueva derrota
que venía en camino,
que detrás del ‘come on baby’, del menos trabajo y de mas Carnaval,
otra mafia criminal
andaba ya consagrando
esta globalización que en el nombre del mercado ha convertido en esclavo a toda una generación.
Ya se marcha el siglo XX y nos contaban impacientes con la mirada en el futuro
y se marchó el Siglo XX, pero llegó el XXI.
Con el hambre, la matanza
y el progreso hecho venganza
contra tanta humanidad
de una manera que ya
no nos queda ni esperanza.
Lástima que escuchar aquellos pasodobles
20 años más tardes, 20 veces mas pobres
y que me siga valiendo ese mismo final
me da vergüenza ser un hombre.
El pasodoble de ‘Los Yesterday’, hace 20 años:
Ya se marcha el siglo XX
a la tumba de los tiempos,
y en su corazón caliente
ha dejado un testamento.
Doy al hombre la guadaña,
segadora de la vida,
la bandera del dolor,
la miseria prometida
Doy al huérfano de gloria,
un diablo verdadero,
el cañón de la victoria,
los colmillos del dinero,
Doy al mar los temporales,
doy la ciénaga a la tierra
y a los nuevos criminales
doy el hacha de la guerra.
Doy el hambre a quien ya la tiene,
doy la ceda al pobre que viene
con el alma desabrochada,
doy la ira a los corazones
y a las nuevas generaciones
doy las viejas cruces ganadas,
y en mi carreta de la muerte
llevo conmigo para siempre,
de mi paso por este mundo,
sangre, el vino, el pan,
la palabra, la paz,
la alegría y la sangre
del amigo, del hermano y del amor,
de los cinco continentes,
ya está sonando el tambor,
maldito siglo que en paz reviente.