
La segunda sesión era la de los nombres propios. Rivas y Aragón. dos autores, dos estilos, dos comparsas con fieles seguidores y, si la competición consiste en que unos ganan y otros pierden, la batalla de ayer, la primera de una guerra que se prevé larga, la ganaron ‘Los millonarios’.
La comparsa de Juan Carlos Aragón encandiló con un tipo vistoso, un repertorio completo y unas voces claras. Atrás quedan los vicios del pasado. Tal vez estar lejos del Falla ha ayudado a meditar al autor que es lo que necesita para sacar el máximo partido a sus letras. La poesía no puede quedar supeditada al gorgorito. Pero tardó en llegar. Antes pasaron por el escenario el coro ‘Sanlúcar’, del que se esperaba más viendo quien lo firmaba. Batacazo de la comparsa de Isla Cristina y discreto el pase del cuarteto ‘Los cortes de Cádiz’, el primero de este año. Luego llegó ‘La comparsa rosa’. tenáin el listón alto, impuesto por ellos mismos. Y cumplieron, pero no terminaron de explotar. Todo lo contrario de la gran sorpresa de la noche, ‘Qué penita de comparsa’. Voces jóvenes, letras clásicas, hechuras de comparsa grande. Un popurrí genial y una puesta en escena original. Quizá ellos tienen una ventaja que para el grupo de Rivas es un inconveniente, y es que los que aún quedaban en el Falla a las dos de la mañana no esperaban encontrarse con un pelotazo. Por eso todo lo que dieron fue recibido con regocijo carnavalero.
No fue lo único. Simpática la chirigota de Algeciras ‘C.A.B.E Las Makis’, que vuelven a intentar el éxito con un tipo de mujer, aunque lejos de aquellas chicas que estaban ‘De nuevo en el mercado’. Y la chirigota de Santoña, ‘Lo que me pide Cádiz’, de nuevo entrañable. Y no solo eso, sino con un nivel más que aceptable.
Fue en definitiva la noche de las comparsas. La de Juan Carlos, la de Rivas y, ojo, la de Iván Romero Castellón, quédense con este nombre.