“Volvemos a apostar por un tipo cotidiano, ¿Quién no se ha visto en una situación así?”. Lo afirma un caballero vestido como universitario americano que se dirige con su pareja Nancy a la fiesta de fin de curso. No hay que irse tan lejos. Se refiere a esa larga espera del novio mientras su chica se arregla y maquilla en casa de sus padres. Entonces, sí,
La chirigota de Écija ‘Paqui, baja aunque sea en pijama’, que toma prestado el nombre de aquella comparsa del Libi, se lo ha creído. En el buen sentido. Hace dos años sorprendían con esas sexagenarias marujonas que se ganaron el corazón del Falla, inclusive el jurado, y esas ‘bochornosas’, mejor ‘abochornadas’, marcaron el camino a seguir. ahora, corrigen errores, explotan virtudes, y firman una agrupación que ha comprado boletos para dar un pase más.
“Ahora estamos más relajados. Apretamos mucho a última hora y llegamos muy cascados, pero al final nos vamos más contento de lo que esperábamos”, apuntan estos astigitanos. Se acabó la saga ‘Ojú’, algo que agradece Paco Castro, uno de sus autores. “El pasado año estábamos más tensos porque éramos cabeza de serie, que no queríamos. Nos pesó. Nosotros venimos sin pretensiones ningunas”. Y se reafirma segundos después. “¿Pasar a cuartos? Ni idea. Llevamos poco de Concurso y nada es definitivo pues quedan muchos compañeros por cantar”.
Castro explica la conformación de su chirigota, que comienza “siempre con el pasodoble. El grupo lo defiende bien, la verdad. Y este año hemos estado cortitos de cuplé”, reconoce. De ahí la letra fresquísima y metacarnavalera a la venta de los tipos de Paco Pelleio. “Teníamos uno que no nos convencía del todo, y creo que hemos acertado con éste por la respuesta del público”.
La chirigota de los hermanos Castro despierta muchísima expectación en su tierra. “En Écija hay varios grupos, pero nosotros somos el único que viene el Falla, y por eso estamos más ‘arropaítos’. Tenemos mucha repercusión”.