Julio Pardo, autor de Carnaval.

Carnaval de Cádiz

Julio Pardo: “Veo muy difícil que haya Carnaval incluso el próximo año”

El corista sufría un infarto el pasado año justo antes del Concurso: "Estar malo es chungo, pero cuando es el momento fuerte de año duele más estar enfermo"

Por  7:00 h.

De Don Julio Pardo poco más se puede decir. Es un peso pesado de la historia del Carnaval y nada tiene que ver con su figura, sino con su talento y perseverancia. Descansa pues pandemia obliga, pero han sido 41 años moldeando un coro que ha creado tendencia y marcado el paso en la modalidad durante décadas. En la Facultad de Medicina aprendió que el que quería que fuera médico era su padre. “Yo hubiera sido un mal profesional, de los que van matando gente en los pueblos”, bromea. Aún le restan por aprobar cuatro asignaturas de Sexto y seis de Quinto, y a sus 65 años no parece que se las vaya a sacar. Definitivamente, no.

 

Pero no ha perdido el tiempo, sino que lo ha invertido en su pasión: la música. Pardo no es sólo un autor de Carnaval sino uno de los compositores más prolíficos que ha parido esta tierra en el último medio siglo, con trabajos reconocidos entre diferentes artistas (ha trabajado con Carlos Cano, María Dolores Pradera, Manolo Escobar, Lo cantores de Híspalis, José Manuel Soto, el Turronero…) y es el responsable de innumerables marchas de Semana Santa que se pueden escuchar no solo en Cádiz sino en Sevilla, Málaga y otros rincones de Andalucía.

 

El pasado 2020 vivió su Carnaval más difícil. Gran susto. A pocas semanas de estrenarse el repertorio de ‘Tócame’ en el Falla, el corazón le daba uno de esos avisos que no queda más remedio que escucharlos. Un infarto que le postró durante varios días en el hospital y le impidió ponerse al frente de su batallón, como acostumbra. De él hizo tripas y acudió al propio Teatro para ver una de las actuaciones, y nunca se le vio tan emocionando a una persona que parecía esculpida en piedra. Entonces recibió parte del cariño entregado durante tantos lustros. Pero su coro sólo fue el segundo mejor… y eso para Pardo es una espina clavada que habrá que quitarse en cuanto pueda.

 

-¿Cómo se encuentra después del sustito de hace un año?

 

-Aburrido. Estoy mejorando mucho del infarto, eso sí. Muy recuperado, físicamente estoy mejor que nunca. jajjaa. Haciendo ejercicio, con mucha actividad, aunque se quitan las ganas de todo con esta pandemia. Por suerte de momento parece que ni el bicho me quiere.

 

-Tirando de memoria no recuerdo un año sin Pardo dando guerra. ¿Cuándo fue la última ocasión en la que descansó?

 

-La última vez que no salí fue en el 79, porque me quedé sin coro. Así que desde el 1980 hasta el 2020 sin parar, 41 años de Carnaval. Arañándome estoy, sobre todo desde septiembre, porque llevaba cuatro décadas sin ver la tele por la noche. Aún así, estamos tranquilos porque ya en el coro nos fuimos convenciendo de que no habría Concurso. Es más, no tengo nada claro que vaya a haberlo el año que viene.

 

-¿No ve claro tampoco el próximo Carnaval?

 

-Es que… quizás estemos vacunados para esa fecha, pero en septiembre no lo veo. Será difícil que nos reunamos 50 personas. Hay miedo de que un tío tosa y nos peguemos quince días muertos de miedo. En serio, hay que velar por la salud. Por mucha obcecación que haya no se puede jugar con ella. Y debería mejorar mucho la cosa, porque además un Falla al 50% de aforo, con una calle incontrolable… no tiene sentido.

 

-¿Tuvieron la intención de salir este 2021 con su coro? ¿Empezaron con alguna idea, montando el tango…? 

 

-Nosotros nos reunimos a principios de junio y ya decidimos que no saldríamos Que la gente hiciese lo que quisiera, no queríamos presionar. Pero al final se ha demostrado que no era posible. Cuando quieres hacer las cosas por narices con la vida en juego es que no tiene sentido ninguno, y por eso los coros con magnífico criterio dijimos que no.

 

-La voz de todos los coros se escuchó alta, clara y unida.

 

-El Ayuntamiento se emperró, no sé si con buen o mal criterio, pero no tuvo ni que salir esa idea. Gente cantando en plena pandemia era meterse en la boca del lobo.

 

-¿Y ha aprovechado estas semanas para ir dándole vueltas a la próxima agrupación?

 

-Tenía algunos encargos musicales. Marchas de semana santa, también trabajos con otros artistas… Pero de Carnaval nada. Para eso hay que tener el cerebro limpio, tiene que fluir, y no tenemos tipo ni idea. Pero en cuanto a encargos sigo pasando más horas en el estudio que en la cama.

 

-Le noto con muchísima fuerza. No se ve en el horizonte ese día en el que diga: ‘me voy, no puedo más’

 

-El que lleva los ensayos es mi hijo, que yo a su lado soy sordo. Por lo demás, si el coco me sigue funcionando, no tengo ningún problema. Este descanso no me ha venido mal, pero no puedo decir que me apetezca. El coro está en un buen momento y tengo ganas de seguir en la brecha.

 

-¿Le queda la espina clavada de no poder disfrutar del último año por culpa de ese ‘arrechucho’?

 

El pasado Concurso lo pasé muy mal. Estar malo es chungo, pero cuando es el momento fuerte de año duele más estar enfermo. Me sentí muy impotente al ver el coro por televisión. Siempre he sido un torbellino y cuando fui al Falla tenía que ir agarrado para no caerme o marearme.

 

-¿Al menos pudo percibir y sentir de primera mano el cariño de muchísima gente?

 

-No puedo estar más satisfecho y agradecido. Se preocuparon por mí muchos autores, el público, hasta el alcalde vino a verme… estote llena de alegría. Alguno puede ser de ‘falsilandia’, pero el resto parece que no.

 

-Ahora parece que hay buena sintonía entre los coristas. Queda ya algo lejano el tiempo de los piques y el veneno.

 

-El veneno es el mismo siempre. El que viene torcido, así se queda, aunque a veces se calla. Es cierto que ahora nos llevamos mejor, como en los viejos tiempos. A pelearse a base de tangos y cuplés, pero luego cordialidad. Como debe ser.

 

-No se esperaba el segundo premio de ‘Tócame’.

 

-Es que fue injusto. Es que el año pasado todo el mundo decía que éramos los mejores. Los nuestros, los otros, unanimidad absoluta en los medios de comunicación, etc. Y cuando lo decía tanta gente no podían estar equivocados. La mala suerte de que entre ellos no estaban los cinco miembros del jurado.

 

-¿Sigue queriendo ganar el primer premio como en sus años mozos, con la misma ilusión, tras haber ganado en quince ocasiones?

 

-Me encantaría ganar todos los años, el primer premio gusta mucho. Pero está claro que ni los Beatles ni Serrat hacen todo bueno. Antes los estacazos me daban más cabrero y ahora me dura menos el enfado. Cuando te dan una patada en el corazón te duele. Me dolió mucho el cajonazo a ‘Los manitas’ porque ni era el año (‘el de su pregón’) ni era el coro. Fueron a por mí y me la dieron mortal. Por suerte el pregón me quitó el mal sabor de boca.

 

-Usted que ha sido pregonero. ¿En quién piensa para pregonar la fiesta en un futuro próximo?

 

-Cádiz tiene algunas deudas pendientes con ciertas personas que le han dado mucho al Carnaval. Joaquín Quiñones, que el pobre se vende muy mal, y el mismo Antonio Rivas. Aparte de los famosos que hagan por vender Cádiz, pero no los que vengan a cachondearse como Pablo Carbonell, porque eso lo podría haber hecho un niño de diez años. Es un momento histórico y algo muy grande para un gaditano.

 

-Echará de menos también la Semana Santa

 

-Me encanta, sí. Especialmente el tiempo de Cuaresma. Las marchas, los estrenos, los viajes.. tengo una marcha que lleva dos años terminada y por culpa de esta situación aún no se ha podido estrenar.

 

-Es enorme el cariño que le guardan al coro en Sevilla.

 

-Si te apoyan en Madrid es sorprendente pero ¿en Sevilla? Si Sevilla es Cádiz, la autopista es como una calle larga. Incluso a veces nos han tratado mejor allí que en nuestra propia tierra.