Hace aproximadamente un mes que Julio Pardo dejó de representar al Colectivo de Autores Independientes (CAI) en el Patronato del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas. Aunque Eugenio Mariscal ha tomado su relevo en las últimas reuniones celebradas, la baja de Pardo apenas había trascendido, según él mismo dice, “por falta de interés del Ayuntamiento”.
Han sido doce los años que Pardo ha formado parte de este órgano que se encarga de todo lo relativo a la organización del Concurso en el Gran Teatro Falla y se marcha, comenta, “con la conciencia muy tranquila”. Eso sí, no oculta su malestar por una serie de acontecimientos que han tenido lugar en los últimos meses en el seno del Patronato. Asegura que el motivo fundamental para haber tomado esta decisión es no haberse sentido apoyado. “No me siento ni decidiendo ni participando”, explica. Apunta directamente al nuevo equipo de Gobierno como principal responsable de su malestar, aunque asegura que “no es cuestión de ideología, sino de formas”.
En ese sentido, argumenta que “al nuevo equipo de Gobierno le interesa tenerlo todo emborronado y no estoy por esa labor. Si quieren hacer un Patronato a su imagen y semejanza que disuelvan el actual, pero que no lo manipulen”. Llega a decir que “lo que se dice en las reuniones no se cumple” y se queja además de que nadie del Ayuntamiento esté “dando la cara” por los miembros del Patronato cuando se dicen cosas como que se quedan con un buen número de entradas de cada sesión. “Hay que explicar que el Patronato tiene cuatro entradas, dos para el palco y dos para Paraíso. Ni cien ni doscientas”, explica.
Aparte de esto, Pardo también lamenta el haberse sentido “atacado por los propios compañeros del Carnaval, muchos a los que consideraba amigos, que son los primeros que están diciendo que el Patronato se queda con las entradas”. Todo esto, unido a una serie de problemas de salud, había empezado a afectar a su familia “y no estoy dispuesto”.
Asegura que su decisión no es por “cobardía”, sino “porque no quiero más líos”. Mantiene su apoyo absoluto a los miembros del Patronato y ahora centra su ilusión y esfuerzo en competir con su coro. “Me tienen que matar para no seguir disfrutando con mi coro en el Falla”, concluye.