RESACA DEL FALLO EL JURADO

Frustración en el día de los dientes largos

La comparsa de Algeciras se queda en el límiteIncredulidad en el coro de La Viña por su posiciónLa chirigota de Santoña ya había planeado el viaje

Por  1:01 h.
Frustración en el día de los dientes largos

La noche de los cuchillos largos dio ayer el relevo al día de los dientes largos, los de todos los grupos que se han quedado a las puertas de estar entre los elegidos para seguir en el Concurso. Unos cuartos de final que, sin que impliquen la consecución de algún premio, sí que sirven para hacer una primera criba entre los que aún aspiran a coronarse como los mejores y los que, probablemente, caerán en el olvido de la afición.

Como siempre, no todo el mundo está de acuerdo con el veredicto del Jurado. Por destacar a algún colectivo molesto, hay que nombrar al de los comparsistas. Su sensación coincide con la de la mayoría de los aficionados: han sido los grandes damnificados por la preferencia del Jurado por los coros y los cuartetos. Este año solo han pasado 17 grupos a la siguiente fase, cuando normalmente se ronda la veintena. Por eso, a la rabia de quedarse a las puertas, en este caso se suma la de saber que cualquier otro año estarían preparando ya los pasodobles que iban a cantar en el Falla esta semana.

Para los componentes de la comparsa ‘El tablero’, que ha sido la mejor clasificada de las que se han quedado en las preliminares, su eliminación ha sido «una desilusión». Así lo expresa su representante legal, Aitor Valero. Estos algecireños llevaban cuatro años consecutivos colándose en cuartos, y consideran que este año llevaban también nivel suficiente para pasar. Para Valero es injusto que se haya recortado en el cupo de comparsas para ampliar el de coros y cuartetos.

En una situación similar se encuentra la comparsa sevillana ‘La niña’, que también se ha quedado a las puertas de los cuartos. Su caso es representativo del de varias comparsas femeninas que se han quedado sin sitio a pesar de haber gustado mucho en su único pase en el teatro. Su portavoz, María Núñez, reconoce que «da coraje pensar que si hubieran entrado veinte como en otros años estaríamos dentro».

Otro caso que llama la atención es la pobre acogida que ha dado el Jurado a las comparsas jóvenes, con ausencias notables en cuartos como ‘Pa gustos los colores’ o la barbateña ‘El rey de mi casa’. El autor de otro de los grupos jóvenes que se han quedado fuera, ‘Los niños del barrio’ resume el sentir de muchos de sus compañeros. Germán García dice: «El fallo del jurado es algo que esperábamos, ya que nos enfrentábamos a nuestro primer año en adultos, y solo teníamos la pretensión de calar sobre todo en el público más joven con nuestro mensaje. Sin embargo, el dejar en el cajón a comparsas como ‘Pa gustos los colores’, ‘Las rosas negras’ o la genial comparsa de Cardoso (ojalá no lo terminen aburriendo), es la mayor prueba del inmovilismo y del conservadurismo rancio que impera en el Concurso. La modalidad de comparsas está estancada, no se premia la originalidad ni la valentía, y muchísimo menos el repertorio. No hay relevo generacional porque se ahoga el aire fresco y no mimamos a nuestra cantera, así que seguiremos viendo marineritos, locos de febrero y pierrots durante muchos años».

También andan revueltos los coristas. El que se ha quedado justo a las puertas de entrar en cuartos ha sido el coro femenino ‘Qué fresquito lo tengo’. Su autora, Lucía Pardo, decía ayer que en el grupo hay «una sensación extraña, entre la alegría y la tristeza. Nos da coraje que esté dentro un coro que ha incumplido el reglamento, pero por lo demás estamos locas de contentas, porque tenemos puntos como para haber pasado».

Por otro lado, en el que quizá ha sido el primer cajonazo sonado de este año, el del coro de La Viña, la sensación es de incredulidad. José Carlos Arjona, representante legal del grupo considera que «nadie se esperaba que pasaran los coros que han pasado». «Nos gustaría saber que criterios ha seguido el Jurado, desde luego no ha sido el musical. Estamos sorprendidos, como la gente en general. Hace años que nos vienen demandando un cambio, lo hemos dado y tampoco se ve la recompensa. Nos alegramos por los que han pasado, pero preferiríamos que hubieran entrado otros, y no nos referimos solo a nosotros», dice.

Quienes se lo han tomado con más deportividad son los chirigoteros. Los jóvenes de ‘Bien empezamos el año’ se han quedado en el límite. Dicen que «teníamos la ilusión de pasar, pero lo que queda es seguir dándonos a conocer».

Por su parte, Eloy Ortiz, de la chirigota de Santoña, cuenta que ya tenían incluso pensado venir a Cádiz el mismo día de la actuación de cuartos en dos furgonetas, pero que están contentos con la posición conseguida. Eso sí, con una sensación «agridulce».